jueves, 30 de mayo de 2013

La muerte en Venecia


Fue uno de los acontecimientos más notables de la literatura del siglo XIX. Su autor, Thomas Mann, todavía vive recordándonos todos los días su permanencia, su valor. Nació en el seno de una familia acomodada y culta. Admirador de Platón, de Schopenhauer, de Nietzsche y desde luego de Goethe, padre de la cultura alemana moderna, a la que unió en solo dos palabras: Poesía y verdad.
Tuve el privilegio de leer algunas de sus mejores obras y visitar por algún tiempo la ciudad que inspirara al autor de esa novela inmortal. Paradójicamente esas letras llevan el nombre de la muerte, de lo trágico, al lado de lo bello. Es una ciudad de lagos, de avenidas acuáticas al lado de palacios con figuras del pasado, de leones gigantes, adornada de góndolas y de naves de una civilización marinera y deslumbrante.
Thomas Mann (Paulo Thomas Mann Bruhs Marty Da Silva) nació en la ciudad libre de Lübeck, Alemania, el seis de junio de 1875; descendiente de comerciantes de la Edad Media; situada a orillas del Mar Báltico y Mar del Norte que luego serían ocupadas por nuevos edificios construidos en la modernidad de las industrias y de las máquinas.
Mann considera a La muerte en Venecia como una novela corta sin muchas pretensiones, aunque llegó a tener un enorme éxito por la belleza de su forma y la profundidad de su contenido filosófico.
Esta novela surge de un viaje de descanso realizado por Thomas y Katia, su esposa, por el sur de Italia, por Brioni y por el Lido de Venecia, por el conocimiento del amor,  y en una palabra, de la estética, “en búsqueda de cosas y emociones nuevas”, sobre todo en el aristocrático hotel de Broin, transcritas de sus propios diálogos, es decir profundamente autobiográficas.
El sentimiento esencial que destaca Mann es el del amor, el amor platónico, hermoso y puro aunque se refiere al amor homosexual encarnado en la figura del joven Tadzio que Mann descubrió  a las orillas del mar.
La Escuela de Filosofía y Humanidades de la Universidad Sergio Arboleda (Bogotá) ha publicado: Tadzio o del Esteticismo (fragmentos) del profesor Andrés Martínez Pardo (Reflexiones ligeras sobre Tadzio como origen y núcleo de una experiencia estética que se yergue como reminiscencia filosófica (de Nietzsche y Schopenhauer)).
Antes de sus grandes obras Mann escribe algunas novelas cortas como: El país de las pirámides, una historia sobre Egipto, varios diarios íntimos y cuadernos de notas que inspiraran sus obras mayores como El relato de Tonio Kroger y El relato de mi vida,  pero sobre todo el recuerdo de su primer amor por un chico en La muerte en Venecia, que ya hemos mencionado. Aunque se trata de un tema netamente homosexual que se repetirá a lo largo de su obra. Incluso ya casado y como padre con hijos adultos quienes no desconocen esta tendencia, aunque se hicieran los de la vista gorda como lo indica la vieja tradición familiar.
Mann le declara su amor al condiscípulo Armin Martens, también hijo de una familia de ricos comerciantes, cuando ambos contaban con catorce años. Thomas advierte que “ese amor no osa decir su nombre”, sentimientos que expresará en su literatura. Luego vendrán sus obras más reconocidas como: Los Buddenbrook (1901), La montaña mágica (1924), Doctor Faustus (1947) y José y sus hermanos (1933 – 1943).

miércoles, 24 de abril de 2013

Cambios en la China nueva



Como es sabido, China se ha convertido en un gran país; Pekín en una gran ciudad. Hasta hace pocos años nadie podía imaginarlo.  Las veíamos como naciones y regiones habitadas por millones de personas que vivían en la pobreza y en la desgracia, sometidas a un régimen de semiesclavitud, asediadas por el poder de las grandes potencias, irrespetas, humilladas y sin futuro posible. Si bien gozaban de una cultura milenaria que de todas maneras no dejaba de asombrar, por encima del atraso y la desigualdad económica y técnica.
A partir del primero de octubre de 1947 inició el camino de una nación desarrollada y rica, cada día más culta y poderosa. Las ciudades se convirtieron en  urbes deslumbrantes que hacen pensar en un futuro envidiable. Sin embargo, el peso del pasado sigue mostrando su cara gris, recordándonos que todavía falta mucho por hacer y mejorar. Conscientes de lo nuevo debemos indagar las causas de esos cambios gigantes. La razón principal consiste en la naturaleza de los cambios políticos radicales: un sistema social ha quedado atrás. Oriente ha cedido su lugar a Occidente, el Sur al Norte. Nada mejor para descubrirlos que con el conocimiento de la literatura, que muestra la profundidad de lo acontecido, a través de la prosa, la poesía, el relato escrito por los pueblos.
En occidente poco sabemos de la literatura china, salvo la existencia de sus novelas y poemas clásicos. Pues bien, las nuevas obras comienzan a escribir esa historia que surge en una época completamente diferente, inesperada y sorpresiva, incluso extraña, capaz de extenderse por el mundo, fruto de una energía poderosa, al punto de lograr que “la visión del mundo cambie” para todos.
Los académicos de los premios nobel han fijado ya su interés en los nuevos escritores y poetas chinos, en sus poemas delicados y hermosos, pero también en las dificultades que surgen de emprender las transformaciones revolucionarias en todos los órdenes de la sociedad, llamada República Popular China, dirigida por el partido comunista chino.
El último premio nobel de literatura (11 de octubre de 2012) fue adjudicado por la academia sueca a Mo Yan, seudónimo de Guan Moye (1955) autor de las novelas: Densa lluvia en la noche primaveral; Las baladas del ajo; Sorgo rojo; La república del vino; Grandes pechos, amplias caderas; La vida y la muerte me están desgastando; Rana y Cambios, la más reciente y personal de este autor, es una obra autobiográfica en que el campesino pobre rompe su baja condición social y lentamente va aprendiendo a escribir hasta convertirse en el gran literato que es hoy.
En los años iniciales del siglo XX el atraso económico y político eran evidentes después de una larga  y prolongada marcha armada que culmina con el triunfo de la revolución campesina. Las condiciones sociales se van transformando, desde una pobreza tradicional hasta llegar a los avances que hemos mencionado. Lo que se ve muy claramente al comienzo de la vida de Mo Yan son las profundas diferencias de clase, de numerosas categorías: campesino pobres, obreros mártires, soldados y cuadros revolucionarionarios. Los campesinos pobres no poseían tierra ni aperos y debían trabajar para otros; los campesinos promedio podían subsistir por sus propios medios y se dividían a su vez en dos clases, de las cuales la medio-inferior correspondía a los más pobres. Ambas categorías constituían las principales fuerzas de la China revolucionaria rural. Esta clasificación de la población estuvo en vigor durante toda la revolución cultural (1946-1957).
Luego de la revolución cultural se inició una nueva etapa de trasformaciones que abrió posibilidades de mejorar las condiciones económicas y políticas rígidas de la  revolución cultural y de las comunas populares. El predominio y el respeto reverencial a la figura de Mao Tse-Tung continúan aún hasta hoy. Mao Yan lo describe de la siguiente manera “Lo primero que hicimos fue ir a la plaza Tian’anmen donde hicimos la cola para fotografiarnos, luego la cola para visitar el mausoleo del presidente Mao y rendir homenaje a sus restos mortales. Mientras contemplaba el sarcófago de cristal, recordé la sensación de cataclismo que había tenido dos años antes al oír la noticia de su fallecimiento; el desengaño al descubrir que en el mundo no había dioses. Ni en sueños habíamos creído que el presidente Mao muriera un día, pero murió. Creíamos que si moría el presidente Mao seria el fin de China pero llevaba dos años muerto y el país no solo no llegaba a su fin sino que mejoraba paulatinamente, Se había reestablecido el examen de ingreso a la universidad, en el campo habían sido anuladas las calificaciones incriminatorias de ‘terrateniente’ y de ‘campesino rico’, las familias estaba mejor alimentadas y el ganado de los equipos de producción engordaba. Incluso alguien como yo podía fotografiarse en la plaza Tian’anmen y ver con sus propio ojos los restos mortales del presidente Mao”

Un nuevo libro sobre Martín Heidegger



Han pasado los años desde aquel 1927 cuando Martín Heidegger publicó, la que quizás sea la obra más famosa del Siglo XX. Ser y tiempo. Desde entonces, su fama e importancia no han dejado  de crecer. Se convirtió en el paradigma de una filosofía moderna y contemporánea. Mostrando un tipo de pensamiento nuevo y excitante, incluso algunos afirman que se trata de otra visión del mundo y de la existencia humana.
El autor de Ser y tiempo fue un hombre profundamente culto y sabio, quien encontró un camino propio que sintetiza la esencia de la cultura occidental. Ya en la parte final de su vida (1976) descubre una forma diferente del pensar que desarrolla la planteada en Ser y tiempo, la lengua como casa del ser.
Los autores de este de este nuevo libro son Ángel Xolocotzi y Luis Tamayo con prólogo de del filósofo italiano Franco Volpi, recientemente fallecido. Lleva como ante título Eros y manía en el maestro de La Selva Negra. El libro abre con el epígrafe: “El hombre común yerra en la oscuridad, el filósofo se equivoca a la luz del día” del autor colombiano: Nicolás Gómez Dávila.
El tema del libro resulta sorpresivo, pues rompe con todos los presupuestos que habíamos hecho sobre la vida y obra del autor alemán; un filósofo quien consagró toda su existencia a pensar. Cuando los autores que hemos mencionado se refieren a “Eros y la manía del maestro”  están revelando una manera de ser de Heidegger que ignorábamos, porque a la par que dedicó su vida a filosofar, pensó e insistió en el amor, pues fueron numerosas las mujeres que amó. Lo que no ha sido corriente en el carácter del filósofo.
Volpi afirma que poco sorprende la caída del protofilósofo de los inicios del pensamiento occidental y compara al filósofo alemán con el sabio Tales, primer teórico, quien caminando absorto bajo la bóveda celeste, cae en un pozo y suscita la risa de una muchacha tracia que se mofa de su torpeza práctica. “Topamos así, desde el principio con la fatal discordia entre filósofos y mujeres, una querella que atraviesa la historia de la cultura sedimentándose en lugares comunes […] el caso del maestro alemán certifica la evidencia con cuanta soberana habilidad Eros puede capturar y enredar en sur caprichos, osadías y locuras hasta a la mente más sutil del más grande filósofo contemporáneo” agrega Volpi. 
Los autores del libro, Ángel Xolocotzi y Luis Tamayo, arrojan una sonda en aquel hoyo negro que fue la vida sentimental de Heidegger y sacan a la luz un sinfín de pasiones y amores clandestinos así como el final en una profunda crisis nerviosa.  Entre otros aspectos biográficos que describen los autores están: su carisma con que fascinaba a sus alumnos y alumnas y a la vez sensible al encanto femenino, y su historia de amor con su discípula más famosa Hannah Arendt con quien cruzara numerosas cartas  románticas.
¿Quién podía sospechar que de su pensamiento  brotaba de un trasfondo biográfico atormentado por semejantes complicaciones? 

lunes, 11 de marzo de 2013

El inicio de la filosofía

Es bueno reconocer que a menudo los autores de estas columnas periodísticas que escribimos, con frecuencia pecamos por su superficialidad y escaso contenido. Por ello resulta útil tocar de vez en cuando, por lo menos, temas de mayor profundidad como los concernientes a la filosofía. En  ésta ocasión , nos referiremos al pensamiento denso y enriquecedor de los primeros filósofos quienes señalaron a la humanidad el camino de la reflexión y el análisis, condensados en breves mensajes o sentencias que todavía recordamos y que resultaron inmortales.

El filósofo alemán Hans-georg Gadamer, que hemos citado en distintas oportunidades,  escribió el libro  El inicio de la filosofía occidental  ( Paidos, Buenos Aires, 1995 ). Son  las transcripciones  de las lecciones impartidas por éste en el Instituto Italiano para el Estudio de la Filosofía, dictadas en enero de  1988, en Nápoles. El tema principal del seminario no es solamente el de la filosofía griega, sino, en general, el de la cultura occidental, que incluye otras culturas. Debemos recordar que la filosofía y la ciencia griega comenzaron a consolidarse en el Mediterráneo, paralelamente a su predominio marítimo y mercantil, de los cuales fueron voceros los presocráticos, como Tales de Mileto y de Éfeso, sino también Platón y Aristóteles, quienes fundamentaron la filosofía  que se extendió a las escuelas de París, Gotinga, y otros centros culturales europeos, que continuaron la tradición humanística.

El comienzo de la filosofía es un momento extraordinario. No existía nada en el horizonte del pensamiento, salvo el interés por penetrar en el conocimiento del mundo, de describir lo que está presente, pero cuyo contenido a menudo ignoramos y que queremos convertir en verdades. Después de los griegos la mayor contribución  fue de los alemanes, sobre todo de  Hegel y de Friech Schleiermacher, según Gadamer. Obras como Lecciones de la historia de la Filosofía o la Ciencia de la Lógica  de Hegel, dibujaron el camino que conduciría al pensamiento y a las leyes de la Dialéctica.

Vamos a hacer una breve síntesis de las principales tesis que plantea Gadamer en este texto. Se refiere al misterio del tiempo, siguiendo a Aristóteles y sobre todo al enigma del lenguaje;  a la filosofía como búsqueda de la sabiduría, de la verdad. Distinguiendo entre la búsqueda  y  la posesión del saber. El filósofo sería el hombre que vive completamente en la visión teórica, pues, al decir de Anaxágoras, la felicidad consiste en la observación de los astros. Más la filosofía moderna la juzga como la existencia de la ciencia en su más alto grado asestándole un golpe a la metafísica, iniciadora  de la filosofía. El siglo XIX sería el siglo en que la metafísica pierde su legitimidad frente al positivismo. Gadamer recuerda  el decir de Tales de Mileto, quien fue el primero que no contó mitos sobre los dioses. Y el inicio de la Lógica de Hegel que comienza con el misterio de la identidad del ser y de la nada, unas de las primeras categorías que serán desarrolladas principalmente por Aristóteles.

miércoles, 27 de febrero de 2013

LA MUERTE DE MONTAIGNE


El novelista chileno Jorge Edwards ha escrito recientemente una novela sobre Michel de Montaigne. Edwards ha publicado también otros libros, entre ellos, El peso de la noche, El museo de cera, El origen del mundo y El sueño de la historia. Entre las más conocidas figuran la Casa de Dostoievski y sus memorias Persona non grata, por la cual fue expulsado de Cuba cuando era embajador de Chile en ese país, que atravesaba por la revolución marxista.

Edwards describe a Montaigne (El Señor de la Montaña) como un precursor de los siglos ilustrados que vendrán, que se acerca a una sabiduría burguesa, siguiendo el camino de los clásicos; conoce el latín de Horacio, de Virgilio y de Séneca. Aprovecha para destacar a escritores en lengua española: Quevedo, Gracián, Azorín, Ortega y Gasset, Borges, y sobre todo a Alfonso Reyes, a quien califica como “el poseedor de la prosa más sólida de todos”. En cuanto a Montaigne elogia su escritura natural y juguetona, de “ritmo incomparable”, que a menudo nos hace sonreír con citas y párrafos graciosos. 

Recordemos la historia de la campesina que se emborracha en medio del bosque, una “viuda joven, rústica, de formas generosas, que al día siguiente ya no recuerda lo que pasó y quedó embarazada a la orilla del camino”. La viuda ni corta ni perezosa se apresura a publicar un aviso que pegó en puertas, en plazas y municipios en los que aseguraba que contraería matrimonio con la persona que confesara ser autora del goce. Un joven galán se presentó y reconoció ser el autor, y formaron una pareja feliz por largos años.

Montaigne vivía en una alta torre plena de libros que él consultaba diariamente y que alimentaban su imaginación y las historias que contaba, dejando en ellas ilustres enseñanzas que todavía leemos con provecho y placer, estas incluyen cuentos y sobre todo ensayos que atraviesan el camino de los años; traslada los conflictos de entonces a los problemas presentes. El libro del chileno no solo es divertido, y abierto al ingenio de un intelectual francés del siglo XVI; sino que ejecuta un brillante relato de una época convulsa por las guerras de religión, principalmente entre católicos y hugonotes; también se refiere a personajes actuales como el gran poeta chileno Pablo Neruda. Resulta apasionante el relato de la relación de Montaigne, entre filial y amorosa, con su “hija de adopción” con quien tiene, sin duda, encuentros carnales en el silencio y la oscuridad de la noche, mientras ella cuenta con 22 años, él con más de 30. El chileno ha agregado una “relación de cama” con Armando de Montaigne, quien es el hermano menor del autor francés, relación que le sirve a Edwards para afirmar que el matrimonio y el erotismo transitan por sendas separadas.

Podemos terminar la reseña de este libro tan excelentemente escrito con sus reflexiones finales que describen la melancolía y su preparación para la muerte.

A pesar de que Edwards, como ya lo habíamos dicho, tuvo serias diferencias con la revolución cubana de entonces, termina su libro con un reconocimiento a la importancia de “la filosofía de Carlos Marx, mostrándola como una filosofía del futuro, de una revolución que cancela el pasado y abre el camino al paraíso en la tierra. El problema en la práctica, se traduce en que la búsqueda del futuro, de las sociedad sin clases, del paraíso en la tierra, conspira contra el presente hasta el extremo de transformarlo en un infierno”.

“Montaigne escribe en medio de una guerra religiosa que no daba tregua, donde las matanzas, los incendios, las torturas más bestiales eran cosa de todos los días”. Edwards hace hincapié en que el lenguaje que utiliza Montaigne no es autoritario, no se presenta como una doctrina consumada y congelada, por el contrario, era uno de los hombres más libres de su tiempo y de cualquier tiempo. (La muerte de Montaigne fue publicada por Tusquets editores. España y México en mayo de 2011).

domingo, 10 de febrero de 2013

POR QUÉ FRACASAN O AVANZAN LOS PAISES


La respuesta a esta pregunta es la clave para comprender las causas de la desigualdad de los pueblos ¿Por qué unos países viven en la abundancia, mientras otros padecen pobreza e incluso hambre? Los notables economistas Daron Acemoglu, profesor de economía del instituto de Massachusetts y James A. Robinson, politólogo y economista de la Universidad de Harvard y coautores del libro Los Orígenes de las dictaduras y las democracias, galardonado con premios internacionales, se enfrentan a esclarecer este problema decisivo del cual dependen la prosperidad y la pobreza del mundo. Desde luego que las soluciones propuestas son diversas y discutibles, principalmente la más importante mencionada por estos autores que Francis Fukuyama sintetiza así: “la política se convierte en las instituciones que nacen de ella” en instrumento creador, el motor y la fuerza que conforma el pasado y el porvenir de las culturas y las civilizaciones, lo que no deja de sorprender por la sencillez y claridad de la respuesta. Este es un estudio elaborado con un profundo conocimiento de la economía y la historia política. En mi opinión su mérito no es tanto por la trascendencia de la respuesta como por la enorme cantidad de los datos y conocimientos aportados a este debate fascinante.
No es “La lucha de clases” como diría Carlos Marx si no el Poder, el hacedor de la historia humana inspirada en la idea de la “Voluntad de poder” de Federico Nietzsche, tesis que se extenderá a todo lo largo de los siglos XIX y XX.
Según los autores mencionados la causa del atraso de los países se debe a que el poder político se ha concentrado en pocas manos y estas mismas han utilizado ese poder para enriquecerse. Un ejemplo que resaltan los autores es que países como Corea del Norte, Sierra Leona o Zimbahue son pobres por esta razón a diferencia de países como Gran Bretaña y Estados Unidos que lograron derrotar a esas elites y que aprovecharon las oportunidades económicas. En una palabra, los países prósperos lograron transformar la política y desde luego le economía del país, esos pueblos alcanzaron más derechos políticos que otros, lo que los condujo a una revolución industrial, con la ayuda de la tecnología.
Se requiere la existencia de un régimen democrático a través de la participación del pueblo en los gobiernos y por consiguiente de la libertad y la competencia que abrieron el camino del desarrollo económico y político. Cuando concurren las condiciones democráticas se convierten los nuevos países en economías pujantes, caso contrario al de América Latina quien en dicha búsqueda lo que ha conseguido es transformarse en uno de los continentes más desiguales del mundo, impidiendo de paso su avance económico, cultural y político. Según lo expuesto sobre la prosperidad de los países fue la libre iniciativa y la propiedad privada los que impulsaron la transformación revolucionaria de los mismos y de sus estructuras sociales, públicas y privadas.
En síntesis podemos afirmar que las instituciones políticas deciden en gran medida quienes tienen el poder en la sociedad y que hacen con ese poder. El desarrollo es producto del pluralismo político y de la variedad de sectores sociales que influyen en este.

miércoles, 16 de enero de 2013

Nietzsche desde el balcón


Nietzsche ha vivido mucho tiempo, quizá unos dos mil años, por lo menos esta es su realidad y su esperanza. Su realidad porque vivió el mundo de su tiempo con una fuerza intensa, salida de lo profundo y de lo único, de lo que yace en la pasión y en el deseo, que se manifiesta como el cielo en tempestad, como las aguas tormentosas. Esperanza, porque anhelaba ser testigo del tiempo infinito, el que siempre regresa a su base para continuar su camino. Ese camino interminable que abarca la historia de la humanidad doliente y alegre, a la vez.

Nietzsche es un pasajero que goza en el dolor del futuro y en la felicidad de lo eterno. De esa felicidad que surge de la tragedia que nos alimenta siempre.

El problema que nos han dejado los grandes filósofos – y Nietzsche lo era - es saber de verdad qué dijeron los filósofos, cual fue el mensaje de sus palabras – a menudo enigmáticas - la verdad verdadera de sus silencios o de las sugerencias. Padeció el dolor, en los breves años de sus lecciones en la cátedra, en la enfermedad y la locura, en el viento frío de las altas montañas que le mostraron el deslumbramiento de la naturaleza y el fuego del pensamiento, que lo hicieron pensar lo impensable, el grito, el duro choque de las contradicciones, hasta el punto de revelarnos el eterno retorno de lo mismo; mejor, de ese instante inexistente porque es parte de la eternidad. De esa eternidad inhumana que ignora la existencia de Dios y por consiguiente del cielo y del infierno. Capaz de desenmascarar la fábula platónica, el falso mundo “verdadero”, donde lo único real es la sombra de las ideas y la herida que nos lleva a la nada, pero no la de la muerte, sino de la alegría de la vida que impulsa el júbilo y el goce.

Carlos Fuentes pocos días antes de morir se encontró con Nietzsche en la altura del balcón donde entabló un diálogo literario y confuso, solo alumbrado con la luz del medio día.

Resulta obvio que el inicio de la conversación entre dos desconocidos sea vago, extraño, sin dirección, buscando un punto de encuentro que permita empatar un pensamiento común. Son diferentes, pero debe existir algo que los acerque, algo sagrado: la amistad, el más antiguo y noble de los sentimientos, por encima de la pasión y del amor; quiénes somos, qué buscamos entre nosotros. Es sin duda el problema de la relación mutua que no ha llegado todavía pero que puede conducir al rebaño, a seguirnos los unos a los otros, pero también, la atracción, en fin, el diálogo. Así se abre la perspectiva del encuentro.

Estamos ante una obra difícil de encontrar su rostro, de descifrar lo solitario, la inquietud que envuelve al ser humano. ¿Fuentes es capaz de interrogar a Federico Nietzsche? ¿Qué simboliza el balcón? ¿Es la apertura hacia la vida? ¿Es el espacio abierto, donde penetra la luz, la alegría del pensar? ¿O solo el dolor de lo trágico de la existencia?

Nietzsche ha producido algunas de las ideas más poderosas de la filosofía moderna y contemporánea, que Heidegger sintetiza en los siguientes temas, como las del eterno retorno de lo mismo, la voluntad de poder, el superhombre, la transvaloración de los valores, la muerte de Dios, el nihilismo europeo, la metafísica como la historia del ser. Son tan fuertes y complicadas que, desde luego, no pueden expresarse en una novela como la que intentó escribir Carlos Fuentes (Federico en su balcón, Alfaguara, Bogotá, Colombia 2012).

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Glosas


Como su nombre lo indica, este es un breve comentario a una página del libro Acotaciones hermenéuticas de Hans Georg Gadamer que hemos mencionado en otra ocasión. Son breves comentarios, como señala su editor de algunos temas marginales en su obra sistemática, pero no por ello menos interesantes que sus ensayos de mayor hondura y como todos los suyos, bellamente escritos.

Una de estas glosas toca el tema de Goethe y Heráclito. Gadamer demuestra en ella , “cómo en los poemas de Goethe se compenetran el pensamiento y la poesía. Por ejemplo, en un fragmento de Prometeo dice el poeta alemán : “¡Todo suena en ti, se estremece y tiembla y en un sentir interno y propio abarca todo un mundo!”. Goethe veía en Prometeo el ancestro de la humanidad que despierta a la libertad. Desde luego, Goethe sigue a Esquilo, pero este semidios es otro; “Es alguien que se defiende resueltamente de Zeus y de su dominio” ¡Aquí mi mundo/ mi universo./ Aquí siento que soy yo. /Aquí mis deseos todos en forma corporal”.

Los hijos de Prometeo se convierten en seres vivientes, con virtudes y defectos, “No sois depravados, hijos míos/ Sois diligentes y vagos,/ crueles y compasivos / generosos y avaros,/ iguales a vuestros hermanos de destino, a las bestias y a los dioses. Como todo principio, en este caso de la poesía y filosofía griegas) adquiere una profunda dimensión. El nacer, pensar y poetizar son uno, una sola palabra, que comparten la esencia del hombre, su mayor tesoro, pensar, sentir, descubrir lo existente al iluminar la vida y el universo.

Hay un fragmento del texto conservado, cuando Pandora la hija de Prometeo, ve hacer el amor a su amiga, Mira con un pastor. sin que aquella pueda entender lo sucedido. Pero Prometeo le explica a su hija : “Y te abandonan todos tus sentidos / Y crees abandonarte tu también, te hundes, y todo enrededor/ en noche se sumerge”.

En este corto texto no nos dicen quién es Heráclito. Gadamer espera que el lector lo sepa , el primero entre los primeros filósofos griegos. El creador del Logos, de la Razón, del mayor descubrimiento de la mente humana y por lo tanto, en cierta manera , el creador del universo, que para algunos es una “parte de dios”.

La importancia que Heráclito concede a la Razón, podría, entre otros, deducirse de esta frase: “la sabiduría se adquiere mediante los sentidos, pero los ojos y los oídos son malos testigos si el alma carece de entendimiento”. “Mira dentro de ti mismo y descubrirás el logos, que es la verdad y es común a todas las cosas”.

Se considera que Heráclito descubrió la ley oculta de la naturaleza, que todas las cosas viven en pugna. Decía que “la guerra es la madre de todo” y que  “la lucha es justicia”. Todo lo que vive, vive de la destrucción de otras cosas. Gadamer afirma que Heráclito reflexionó mucho sobre el sueño, al cual hizo cercano a la muerte : “Cuando alguien está muerto, / se extinguen los ojos del hombre,/ mientras vive, en cambio,/ roza a los muertos en el sueño./Cuando despierta y semeja encenderse,/ roza el sueño”.

martes, 30 de octubre de 2012

Pensando el siglo XX


Vivir 95 años es vivir casi un siglo. Una edad muy adecuada para un historiador, un hombre cuya misión es contar los hechos de sus contemporáneos y de las generaciones que ya se despidieron de este mundo. Más aún si se ha nacido a orillas del mar más antiguo y culto de la historia del hombre: el Mediterráneo, en Alejandría, una ciudad llena de historia y de misterio, donde se han encontrado los pueblos, después de navegar en muchos ríos y atravesar las montañas y el desierto. Y a corta distancia de las pirámides que resisten las tempestades de arena para resguardar a algunos de los gobernantes y dioses más antiguos. El núcleo de su pensamiento es repasar el tránsito de los siglos y, al mismo tiempo, adivinar el curso futuro del género humano. El historiador es un testigo, un reportero y un soñador de lo que vendrá. El vive y espera lo que sucederá antes de que terminen los años y llegue la hora de subir a los cielos o desaparecer en el tiempo.

 “El historiador Eric Hobsbawm ha muerto el 1 de octubre de 2012 mientras que Europa y el resto del mudo se estremece con el desempleo infinito, las epidemias , la sequía y el hambre.”

Además Eric Holbsbawm pertenece a un pueblo que ha escrito libros que recogen las voces de los dioses y han dado lugar a las religiones universales, como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo y que mantienen influencia en civilizaciones antiguas y modernas; algunos de ellos libros “sagrados” como la Torá, la Biblia, el Corán y otros no tanto, como El Capital de Marx.

El vaivén de las guerras, revoluciones y cambios sociales, hicieron que Eric Holbsbawm, viviera, estudiara y enseñara en los centros económicos y culturales de Occidente . Finalmente se residenció en Londres, muy cerca del Museo Británico, donde uno de sus antepasados escribió un libro fundamental, que transformó el siglo XX y probablemente también el XXI. Hasta su jubilación fue profesor de la Universidad de Londres. Muchos lo consideraban “el historiador vivo más famoso del mundo”. Su libro Historia del siglo XX, se convirtió en un éxito de librería. Pero su obra total está dividida en tres partes: La Edad de la Revolución, la Edad del Capital y la Edad del Imperio. Su último libro con que cierra su largo periplo intelectual fue recientemente publicado, Cómo cambiar el mundo. (Barcelona. 2011).

Hasta donde la memoria alcanza el siglo XX ha sido el tiempo más terrible de la historia de la humanidad, ninguno había visto las crisis económicas más profundas, las guerras más sangrientas, las bombas más destructivas, el Holocausto, el asesinato colectivo, planificado, sistemático, que copia las cadenas productivas de las grandes fábricas; la injusticia y la crueldad más inhumanas. El máximo historiador de este horror, el “inglés” Eric Hobsbawm ha muerto el 1 de octubre de 2012 mientras que Europa y el resto del mudo se estremece con el desempleo infinito, las epidemias , la sequía y el hambre. ¡Pobre Eric!. Nació, vivió y murió en medio de la tragedia.

Un día, alrededor de los años 70 u 80 del siglo XX, recibí una llamada telefónica de algunos amigos de izquierda para proponerme que conversara con un historiador marxista inglés que estaba de paso por Bogotá. Acordé con él encontrarnos en el Hotel Continental a las tres de la tarde. La verdad, aunque me dijo su nombre, yo no sabía quien era. Hablamos cerca de dos horas. Me preguntaba por la situación colombiana, sobre todo por la guerra campesina, y por algunos otros episodios de nuestra historia, como el de “la rebelión bolchevique” en El Líbano (Tolima), la Huelga de las Bananeras etc. Yo no tomé apuntes de la conversación, pues ignoraba la importancia de mi interlocutor , aunque su identidad política estaba garantizada por quienes me invitaron a hablar con él. Se mostró muy interesado con lo que escuchaba…

En el último texto de su libro mencionado atrás, escribe lo siguiente: “A través de sus obras Marx continuó siendo una enorme fuerza en tres aspectos: como pensador económico, como historiador y analista, y como el reconocido padre fundador del pensamiento moderno sobre la sociedad”.

jueves, 18 de octubre de 2012

El aporte filosófico de Schelling

Friedrich Wilhelm Joseph Schelling nació en Leonberg (Alemania), el 27 de enero de 1775 y estudió en las Universidades de Leipzig y Jena, en estrecho contacto con Fichte. Cuando Hegel pronuncia estas palabras en su clase de Historia de la Filosofía, Shelling todavía vivía y no había terminado de escribir su obra. Se le considera uno de los iniciadores del romanticismo Si bien Schelling sigue a Kant y sobre todo a Fichte, es uno de los pensadores alemanes más originales pasando del idealismo subjetivo de Fichte al idealismo objetivo. Es decir, de la filosofía de la conciencia de Fichte, a la filosofía de la naturaleza. En un arranque poético Peter Sloterdijk afirma en su libro Temperamentos filosóficos. (Ediciones Siruela. Barcelona. 2011) lo siguiente: En efecto, el joven filósofo (Schelling) como un ginecólogo entusiasta, escucha atentamente con el oído puesto en el vientre de la naturaleza preñada de espíritu, para constatar en su interior los latidos de la autoconciencia todavía no dada a luz en el mundo. Es su asistencia al parto de la conciencia de lo todavía no consciente”. Observemos que menciona la diferencia entre lo consciente y lo inconsciente.



Si bien Schelling sigue a Kant y sobre todo a Fichte, es uno de los pensadores alemanes más originales


Shelling fue criticado, entre otros por el propio Hegel , por haber caído en una etapa de aislamiento y oscurecimiento de su pensamiento , pero el autor Sloterdijk lo niega al decir: “Schelling logró superar la brillantez de su aparente perfección temprana y exponer los fundamentos de su pensamiento en estratos de problemas en los que ningún filósofo idealista se había adentrado antes que él”. Y agrega algo sorprendente: “Permite presentir el nuevo comienzo del cuestionar filosófico en Heidegger”. “Aunque reconoce que en el estilo tardío de Schelling se manifiesta la difícil despedida del sueño de la época sobre la omnipotencia de la razón”. Algunos lo consideran por ello uno de los iniciadores del irracionalismo.


El interés de Schelling por la naturaleza ocurre en un período histórico de avance de las ciencias naturales, principalmente de la física, química, electro-mecánica. Sin embargo su posición fundamental sigue siendo idealista, aunque aporta una idea nueva, la del desarrollo. El acceso a la conciencia pasa por una serie de grados cada vez más elevados, introduciendo, también, el concepto de la concatenación universal de las cosas y fenómenos de la naturaleza, e iniciando la elaboración de los principios dialécticos de la naturaleza y superando así la posición mecanicista. Su filosofía se torna idealista dialéctica de la naturaleza. Estos nuevos planteamientos de Schelling producen cambios en el proceso cognitivo y en las categorías de la modernidad.


Luego se produce otro viraje en la filosofía de Schelling que lo lleva a predicar la revelación y la mística neo-platónica, que lo traslada de la “vanguardia mundial”, que lo habían colocado sus anteriores especulaciones, al lado conservador de la filosofía moderna. No con el principio activo como en Fichte, sino de armonía y de la contemplación , que se afirma primero como identidad. Donde todo es lo uno y lo mismo, todas las cosas por diversas que parezcan, se funden en la matriz idéntica de todo ser, que es lo absoluto. En la identidad de lo absoluto surge la diversidad del espíritu y la naturaleza, sin que sean cosas completamente diferentes. Siguiendo a Fichte, Schelling retoma el principio de lo absoluto como fundamento de lo existente, pues en todo (como identidad) hay naturaleza y espíritu. Debemos resaltar la extraordinaria belleza con que escribe este filósofo, un destacado teórico del arte. Entre sus obras mencionamos Ideas para una filosofía de la naturaleza (1797), Sistema del idealismo trascendental (1800), Filosofía y religión ( 1804).

miércoles, 3 de octubre de 2012

Amistades que escriben la historia


Hay escritores que al final de sus días, en notas breves, punzantes, reveladoras, que anudan los recuerdos, reconstruyen su camino vital y el de sus contemporáneos. A la vez, las circunstancias de su época, de su país y del mundo. Tal es el caso del mexicano Carlos fuentes (l928 – 20l2). El título del libro al que nos referimos es simplemente Personas ( Alfaguara. 2012 . Bogotá. Colombia ) Ganó numerosos premios, con excepción del Nobel. Resulta impresionante la lista de sus numerosos e importantes amigos que lo acompañaron a lo largo de los años, de los acontecimientos que fue testigo, de sus viajes a lo largo y ancho del planeta. Nació en Panamá, pero de ello nadie se acuerda, pues sus padres eran mexicanos y profundamente mexicana su cultura y ancestros. Residió en E.E. U.U. Francia y la Gran Bretaña, entre otros países, siguiendo en su juventud a su padre, Embajador y luego él mismo, escritor y profesor de numerosas universidades.

"Resulta impresionante la lista de sus numerosos e importantes amigos que lo acompañaron a lo largo de los años"


Sobresalen las semblanzas de Alfonso Reyes, el escritor mexicano por excelencia,, que escribió la obra mayor de la época, Visión de Anáhuac ( 1917). Ciudadano del mundo, quien afirma que “Nunca me sentí extranjero en pueblo alguno, aunque siempre fui algo náufrago del planeta”. Luis Buñuel, el primer genio de la cinematografía española. El profesor Manuel Pedroso, andaluz, de la Facultad de Derecho en la Ciudad de México, capaz de sintetizar su honda afición a la literatura con la sabiduría del Derecho: Bastaba, decía, leer tres libros en la clase de la Teoría del Estado para entender el tema, La República de Platón, el Principe de Maquiavelo y el Contrato Social de Rousseau. Solo tres, porque estos son filósofos de frontera, situados en el filo de la navaja entre épocas distintas.

Pedroso era militante socialista, demócrata convencido que no vacila en citar la polémica de Rosa Luxemburgo con Lenin : “La libertad sólo para quienes apoyan el gobierno, solo para los miembros del partido, por numerosos que estos sean, no es de ninguna manera libertad. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para los que piensan distinto”.

“Maestro, le dije un día, mi vocación es ser escritor, no abogado. Me cuesta un chingo entender el Código Penal y el Código Mercantil. No te preocupes, me contesto Pedroso – Lee a Dostoyesky y entenderás el Derecho Penal. Lee a Balzac y entenderás el derecho mercantil.”

Presenciamos la posesión de Francois Mitterrand entre el fervor democrático y socialista de París, cuando los jóvenes se asombran que esta vez “la policía está de nuestra parte” “La más alta exigencia para su gobierno, nos dijo el presidente Mitterrand esta mañana, es demostrar la posibilidad del socialismo con libertad”. No ha invitado a su posesión a gobiernos sino a escritores que ha leído y como buen intelectual sabe que no es la ideología la que hace la historia, sino la acción de la sociedad civil y su realidad cultural.” Es también un político hábil y duro, astuto y perseverante, capaz de derrotar a los comunistas en el número de votos, aunque en su largo “reinado” no realizó sus promesas de cambio social, al igual que cualquiera otro político profesional.

Entre sus amigos Fuentes se refiere a muchos escritores estadoudinenses, Destaca al gran dramaturgo Arthur Miller, quien cometió el delicioso error de casarse con una de las artistas más bellas y deseadas de su tiempo, Marilyn Monroe, que las malas lenguas afirman que fue amante de los hermanos Kennedy. Otros nombres que aparecen en Personas son Galbraith, Malraux, Neruda, Cortázar, Styron y desde luego nuestro compatriota Gabo. Este libro nos ofrece un amplio panorama intelectual de nuestra época..

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Literatura sobre la decadencia


Durante varios años quise leer a Roberto Bolaño ( 1953 – 2003 ) hasta que por fin lo hice con uno de sus libros de relatos Putas asesinas ( Anagrama. Barcelona 2011 ). Se trata de un escritor chileno que según algunos críticos inicia una nueva etapa del boom literario latinoamericano. Mi reticencia a leerlo se debía a que tenía la impresión de que no me iba gustar, pues, probablemente , resultaría diferente a mi gusto de lector que se inclina por un estilo convencional o clásico, por ejemplo el de los pocos premios Nobel de nuestro continente, como García Márquez, Octavio Paz, Miguel Angel Asturias, Vargas Llosa, Gabriela Mistral, Neruda, y otros, que son tan buenos o más que los nombrados, Borges, Amado, Sábato, Carpentier, etc.


“Bolaño me pareció un joven escritor de mirada extraña, de frases ariscas, marcadas por la ironía, el humor, el sexo, la soledad, la melancolía”.


Pues bien, Bolaño me pareció un joven escritor de mirada extraña, de frases ariscas, marcadas por la ironía, el humor, el sexo, la soledad, la melancolía. En su corta vida recibió varios premios, entre ellos, el Rómulo Gallegos, el Herralde de Novela . Sus novelas más famosas son Los detectives Salvajes y su obra póstuma 2666.

Las “Putas Asesinas” incluye 13 relatos, pues no alcanzan la estatura de cuentos. Los cuentos son pequeñas obras maestras, con un comienzo y un final y sobre todo, un contenido coherente capaz de darnos una idea completa, de mostrarnos un pedazo del mundo.

El primer relato “El Ojo Silva” comienza con este párrafo: “Lo que son las cosas. Mauricio Silva, siempre intentó escapar a la violencia aun a riesgo de ser considerado un cobarde, pero de la violencia, de la verdadera violencia, no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en Latinoamérica en la década de los 50, los que rondábamos los 20 años cuando murió Salvador Allende”.

Algunos de los relatos no dicen mayor cosa, quizá en esto consista su interés. Calor, o viento en el desierto de México, olas a la orilla del mar .Gente que bebe tequila y come pollo asado, mujeres solitarias sentadas en la terraza de un hotel de mínimas estrellas.

El relato más excitante es el que lleva el título de la novela: Veamos algunas frases: “Así, pues, me quito la ropa, me quito las bragas, me quito el sujetador…Todos vosotros sois jóvenes, todos ofrecéis a la noche vuestros himnos, algunos, los que encabezan las marchas, enarbolan banderas…Vuestro baile es como un relámpago en una noche de primavera”.

A los colombianos el relato que más nos llama la atención es “Prefiguración de Lalocura”, porque ocurre en Medellín en medio de putas, películas porno y desde luego, no podía faltar la droga y los narcotraficantes. “A los narcotraficantes los respetaba, al fin y al cabo eran los del dinero y Bittich como buen europeo, respetaba el dinero, un punto de referencia en medio del caos. Pero los militares y policías corruptos, qué debió pensar de ellos, él que era alemán y que leía libros de historia. Monos con uniformes de las SS, ni más ni menos.

Hay páginas que rayan con lo pornográfico, sacadas de la vida misma, que bien vistas no podemos declararlas simplemente morbosas. En ellas está, también, México, Colombia, Chile, Europa, la India, el ser humano con sus apetitos, su miseria, su hambre y su dolor, en medio de sus orgías y placeres extraviados.

Excepcionalmente termina con un tierno y poético recuerdo de la madre. “Mi madre nos leía en Quilpué un único libró, Veinte poemas de amor y una canción desesperada. En la portada un dibujo de Neruda… En la segunda página está escrito el nombre de mi madre”. Desde entonces ese libro ha recorrido un largo camino.

Como pueden observar los lectores, se trata de un estilo irreverente, satírico, que muestra aspectos descompuestos, principalmente, de las sociedades latinoamericanas. Y que no aspira a re-estructurarlas, a mejorarlas, a salvarlas del mal. En cierta manera, se trata de una literatura de la decadencia.

martes, 4 de septiembre de 2012

“Fuga sin fin”

Esta es la historia del teniente Franz Tunda, quien cayó prisionero de las tropas rusas en agosto de 1916, es decir, durante la Primera Guerra Mundial. Tunda era un oficial del ejército austro-húngaro que se enfrentaba entonces a las tropas del Zar. Una de las potencias más reaccionarias de Europa, destinada a mantener al continente en orden, a impedir el avance de la Revolución, a sostener en el poder a las cabezas coronadas de rancias aristocracias .El campo de prisioneros estaba situado a pocas verstas al noroeste e Irkutsk. En 1919 logró escapar  a una granja “solitaria y triste” donde residía un ex -prisionero polaco, en el umbral de la taiga. Tunda no temía que lo persiguieran, pues él también  hijo de polaca y de un comandante austriaco, le quedaba fácil hacerse pasar por hermano del granjero y tomar su apellido.


"Joseph Roth es uno de los mejores escritores de la primera mitad del siglo XX (Brody  1894. París 1939) Tuvo una existencia atormentada, plagada de conflictos."


Un día inesperado llegó un cazador de pieles y contó que todo había terminado. Les dijo: “Ha llegado la paz y la Revolución”. Y por casi toda Europa comenzaron los presos a andar en sentido inverso: regresar a sus países de origen, sin un peso en el bolsillo, caminando al lado de gente desconocida, otros idiomas, etnias, soledad, recuerdos, deseo de rencontrarse con personas que alguna vez amaron y quizá con  hijos que ya serían irreconocibles.

Tunda alcanzó a ver por casualidad el triunfo de la revolución bolchevique y presenciar los primeros días de júbilo y de esperanzas Todo cambió en medio de un gran desorden. Cada cual perdió su anterior identidad de obrero, de campesino, de empleado o de dirigente,  para tomar la de “camarada”. Esta palabra los cubrió a todos de un día para otro, los hermanó en un objetivo común: el de cambiar el mundo. Por algún tiempo las cosas, los sentimientos, se tornaron frágiles, también los bienes, los matrimonios, las religiones, los ritos de la vida y de los cementerios, la idea misma de la muerte. Y desde luego llegaron los amores contingentes, las muchachas bellas y silenciosas de  diferentes países de la inmensa Rusia, que se convirtió en la Unión Soviética.

El ex-oficial austríaco  no simpatizó con la Revolución. La ve insípida y tonta, vacía, sin una fuerza  verdadera y profunda. Cuando está en Moscú, en las noches, va a la Plaza Roja, frente al Mausoleo de Lenin. “Este era el único lugar donde se sentía la Revolución”. En Bakú le gusta ver el arribo y marcha de los  pocos barcos que navegan en su pequeño mar Caspio  y a soñar en largos viajes hacia Occidente,   a los puertos de Italia, a las estaciones de trenes  que parten  a las ciudades opulentas, a las  calles de Viena, de Berlín, de París.

Finalmente Tunda inicia el regreso a su patria y piensa en Irene la muchacha de alta clase social con quien  se había comprometido antes de marchar al frente de guerra. ¿Qué será de ella, lo espera o se ha casado?Tunda se re-encuentra con su familia , una familia burguesa, en que algunos hermanos o tíos tiene dinero, mientras otros están pobres, unos trabajan y otros viven de sus rentas, unos se quieren y otros se odian.

El  escritor Joseph Roth, autor  de la novela que estamos relatando Fuga sin fin  (Barcelona 2003 Acantilado) utiliza la segunda parte para describir la sociedad capitalista europea con sus resplandores y sombras. Por ejemplo un rico terrateniente razona de esta manera: “La sensibilidad social es un lujo que se pueden permitir los ricos, y que,  además,   tiene la ventaja práctica de que ayuda a conservar la propiedad… era un caballero de buena cepa, un baluarte viviente contra el socialismo,  muy admirado y que cuando fue elegido para el  Reichstag, demostró como miembro del partido conservador, que la Reacción y la Humanidad no están en  contradicción  irreconciliable

 Joseph Roth es uno de los mejores escritores de la primera mitad del siglo XX (Brody  1894. París 1939) Tuvo una existencia atormentada, plagada de conflictos. Huyó de Alemania cuando Hitler llegó al gobierno. Nunca encontró la paz, cayó en el alcoholismo. Su vida fue como lo dice el titulo de esta novela  “Una fuga sin fin”.

martes, 21 de agosto de 2012

El diálogo es propio de la especie humana


Después de Martín Heidegger, Hans-Georg Gadamer, es quizá el mayor filósofo alemán del siglo XX.. Su libro Verdad y método ( 1960 ) puede ponerse al lado de Ser y tiempo ( 1927 ) de Heidegger. Gadamer vivió todo el siglo pasado, de punta a punta ( 1900 – 2000 ), es decir, un poco más de cien años En esta columna nos referiremos a uno de sus libros secundarios, que no pertenece a sus obras completas: Acotaciones hermenéuticas (Editorial Trotta, Tubingen, 2000). Contiene 22 trabajos, que incluyen conferencias y artículos que no aparecen en sus libros principales: aunque con iguales temas, como la hermenéutica, historia de la filosofía, del arte y "glosas" sobre diversos asuntos.

"El diálogo es propio de la especie humana: el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad inicial propia del hombre, sino el medio en que vivimos desde el principio como seres sociales"


Fue alumno de Heidegger ( en 1929 ), el más influyente filósofo de su época. Luego rector de la Universidad de Leipzing, durante la RDA ( la República Democrática Alemana) , en reconocimiento a su posición política antinazi.. Se trasladó a la República Federal de Alemania, donde sucedió a Jaspers en la Universidad de Heidelberg. El mayor aporte de Gadamer lo hizo en la filosofía hermenéutica, sobre la importancia del diálogo entre los hombres, en su vida y su historia.
Gadamer comienza su libro recordándonos que el lenguaje ha conquistado una posición central en la filosofía, entre otras razones por la importancia que ha tomado “la vida práctica “ y la influencia de ciertas corrientes del pensamiento como la fenomenología y el empirismo inglés. El lenguaje se ha convertido en un tema de la reflexión “inextricablemente unido al mundo de la vida humana”. En este contexto el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad inicial propia del hombre, sino “el medio en que vivimos desde el principio como seres sociales y que sostiene el todo en el que nos introducimos a vivir” y añade una afirmación sorprendente: cuando hablan dos interlocutores no solo circunscriben “la cosa” al dirigirse el uno al otro, sino que se hacen lenguaje. Es decir, que crean algo nuevo tomado de la unidad de la práctica y la razón. El lenguaje no solo trasmite una información, una experiencia, un concepto, sino que articula el mundo. Sin embargo, el diálogo se basa en una estructura prelingüistica que observamos, por ejemplo, en el entendimiento sin palabras entre la madre y el hijo, en los años en que se aprende a hablar y hacen capaz al hombre de domiciliarse en el mundo...
El encuentro y por consiguiente el diálogo nos lleva a la amistad. El rompimiento del diálogo conduce al enfrentamiento, a la violencia e incluso a la muerte en el combate. La conversación es el comienzo de la paz. Oponerse al diálogo puede conducir a apoyar la guerra. Resulta obvio decir que países como el nuestro, tantos años sumido en la guerra fratricida, necesita vivir en paz para resolver sus problemas fundamentales, la salud, la pobreza, el desarrollo económico, la cultura y la libertad...


lunes, 6 de agosto de 2012

Fichte, descubridor de la subjetividad ( XXVI )


El filósofo Peter Sloterdijk (1947) inicia un breve ensayo (Temperamentos filosóficos.Siruela. 20ll ) sobre Johann Gottlieb Fichte con esta inquietante frase : “La filosofía es una empresa estéril si no se acompaña de un despertar de la totalidad del ser humano”. Sloterdijk condensa así la tarea filosófica de Fichte y agrega que entre los filósofos de la Edad Moderna – a excepción de Martín Heidegger – ninguno ha enseñado esa visión con tanto ímpetu y con principios tan profundos. Logra producir un cambio brusco, transformador en tu vida, al deshacerte de la creencia en el predominio de los objetos que están “enfrente y fuera de él”, sustentado en la idea moderna de Libertad, convirtiéndose Fichte en maestro del idealismo en la época burguesa De esta manera encuentra y profundiza en la nueva doctrina de la subjetividad que todo lo transforma.
Subjetividad implica decisión, acción, lucha, incluso enfrentamiento, como lo demuestra Fichte con la fuerza de su discurso ante las tropas francesas de ocupación, al pronunciar en Berlín sus Discursos a la nación alemana, poniendo en peligro su propia vida. El ensayista afirma que si “Bonaparte había aparecido en el escenario mundial como fundador de un imperio burgués, Fichte fundó en cambio su mundo intelectual sobre el escenario de las ideas.”
Fichte comienza, pues, su doctrina destacando la existencia en el hombre de una poderosa intuición intelectual, del yo, que hace de él un ser activo, creador, productor, que inevitablemente lo enfrenta al no yo, es decir, al objeto. Pero su concepción de la acción y de la práctica no es materialista, sino idealista. No obstante hace una clara diferenciación entre las dos posiciones fundamentales de la filosofía:. El materialista va del ser a la conciencia, mientras el idealista tiene el punto de vista opuesto: o sea que parte de la conciencia al ser.
¿De donde surge ese poder de la existencia humana? de lo absoluto. El yo es el principio absoluto, de lo cual se deriva el sí mismo y el contenido del universo, representándoselo como un producto, concepción que es compartida por los pensadores que conforman la filosofía clásica alemana. A pesar de su idealismo, Fichte le da primacía a la práctica sobre la razón teórica, lo que lo lleva en un comienzo a simpatizar con la Revolución Francesa. Critica el régimen feudal de la Alemania de su tiempo, el atraso político de la burguesía y al mismo tiempo lucha por la unidad nacional . Estas y otras posiciones le imponen como tema principal proclamar a la ciencia como “la ciencia de las ciencias” y a la filosofía como el fundamento de todo saber, de la cual se pueden deducir los principios fundamentales de las ciencias especiales. En la segunda parte de su filosofía Fichte se torna muy abstracto y difícil, hasta el punto que se siente obligado a escribir un libro para explicarla al amplio público.
Fichte nació en 1762 en el seno de una familia campesina. Afortunadamente logró estudiar y en 1794 ocupa la cátedra de filosofía en la Universidad de Jena, hasta 1799 cuando es expulsado de ella, acusado de ateísmo, no antes de formular la tesis de la primacía del pueblo sobre el Estado. En 1813 se hace soldado en la guerra contra Napoleón y muere al año siguiente en un hospital militar.

lunes, 23 de julio de 2012

George Steiner visto por él mismo


George Steiner es uno de los intelectuales más famosos y leídos de la actualidad. Nació en París (1929). Pero no es francés aunque ésta sea su lengua nativa. Habla, también, alemán, inglés, italiano, en una palabra, es políglota. Estudió y obtuvo la nacionalidad estadounidense. Profesor de las universidades de Stanford, Nueva York y Princeton, aunque su carrera académica se ha desarrollado principalmente en Ginebra. Ha escrito varios libros dedicados a los problemas centrales de la cultura. Entre ellos, Después de Babel, Antígonas , La muerte de la tragedia. Publica en los periódicos más influyentes de Europa y América.

Steiner nos da la oportunidad de conocer la trayectoria de su vida y trabajo intelectual en un libro reciente Los logócratas.( Ediciones Siruela . España.20ll ), a través de algunos de sus más brillantes ensayos y entrevistas, incluyendo un relato de ficción, “A las 5 de la tarde”, que de ficción tiene poco, pues es la descripción de la terrible violencia mafiosa en Medellín, Colombia. La obra se inicia con un ensayo filosófico sobre De Maistre, Heidegger y Boutang, este último bastante desconocido, entre otras razones, por su contenido esotérico y misterioso.

Se ocupa de Walter Bejamin uno de los filósofos marxistas menos leído por sus correligionarios. Una mezcla de marxismo y de judaísmo, de materialismo e idealismo. Perteneció a la Escuela de Frankfurt, discípulo de Adorno. Y cuya muerte trágica en Port Bou, la frontera entre Francia y España, nos conmueve a todos. Se suicida la víspera de intentar atravesar los Pirineos, huyendo de la Gestapo, que lo perseguía por ser judío y comunista. Benjamin afirmaba que la secularización del judaísmo se había logrado en la modernidad a través de Marx, Freud y Einstein. Pero también por el patrimonio de una burguesía alemana emancipada para la cual Goethe significaba la esperanza humanista europea. El lado materialista de Benjamin lo lleva a acuñar el aforismo : “Mientras haya mendigos, habrá mitología”
Las concepciones filosóficas y políticas de Benjamin son ejemplo de la variedad de posiciones ideológicas que dan origen a diversas corrientes del marxismo, después de la muerte de los fundadores del movimiento comunista, a partir de 1848. Diversidad que se ha acentuado en los tiempos actuales, con múltiples actitudes revisionistas, que si bien en algunos casos pueden desvirtuar tesis básicas de dicha doctrina, en otras la enriquecen y ponen al día.

Esta obra de Steiner contiene algunos ensayos sobre el Libro, como “Los que queman libros…” “El pueblo del libro”, “Los disidentes del libro”, que destacan su importancia a lo largo de los siglos, desde las tablillas de los sumerios hasta la etapa electrónica que vivimos. Anota que cada vez se leen más libros on line. Ochenta millones de volúmenes de la Biblioteca del Congreso, en Washington, están disponibles solamente por medios electrónicos. Nadie por bien informado que esté, puede predecir lo que sucederá con el concepto mismo de autor, de textualidad, de lectura personal.

Steiner que es judío, reconoce que pertenece a uno de los pueblos del libro. Bella y certeramente escribe: “Nuestra verdadera patria no es un trozo de tierra rodeado de alambradas o defendido por el derecho de las armas; toda tierra de este género es perecedera y precisa de la injusticia para sobrevivir. NUESTRA VERDADERA PATRIA ha sido siempre, es y será siempre un texto, (se refiere al Torá). Destaca la fuerza y el poder del libro; por ello los déspotas no gustan de ellos. Sin embargo, no debemos olvidar que el libro, en última instancia, en su esencia, es también un artificio, creado con los sueños y realidades de los hombres.

martes, 10 de julio de 2012

Retratos a distancia

A pocos kilómetros de la ciudad de Washington D.C está “Mount Vernon”, la hacienda de George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos de América. En una colina que domina el espacio se encuentra la Mansión principal, convertida hoy en museo, rodeada de jardines; pequeñas casitas, residencias de los trabajadores administrativos y esclavos de la época. Establos de caballos y ganado, graneros, casa de carruajes, destilería de vinos y whiskey, cementerio de esclavos, todo esto en medio de un hermoso bosque a las orillas del Potomac. En su seno está la antigua tumba de George Washington y la nueva, que sorprende por su sencillez y modestia. Murió en su habitación el 14 de diciembre de 1799.


Coincidencialmente con mi visita al museo, terminé de leer un interesante libro del alemán Claus Offe, doctor en Sociología (1968), colaborador de J. Habermas en el Instituto de Investigación Social de Frankfurt, Autorretrato a distancia (Katz Editores. Buenos Aires. 2006). Se trata de la visión que tuvieron los filósofos de la política y sociólogos Tocqueville, Weber y Adorno, de los Estados Unidos, después de sus respectivos viajes a ese país, en épocas y por periodos de tiempo diferentes.

Alexis Tocqueville, aristócrata francés, en misión oficial de información y estudio durante nueve meses, escribió en el año de 1831 y 1832; Max Weber en 1904 y Theodoro Adorno de 1938 a 1949, es decir, retratos ejecutados en un plazo de ciento veinte años.

Si bien el tema principal del libro son los EE.UU, va más allá al extenderlo “al destino precario de la libertad en las sociedades capitalistas modernas” (Offe). En Max Weber la breve experiencia norteamericana fue decisiva para afirmar su tesis referente al destacado rol que ejercen las sectas religiosas en la formación del capitalismo. En cuanto a la prolongada estadía de Theodoro Adorno, intelectual de la burguesía alemana ilustrada, judío, que se vio obligado a huir de su país por la persecución del nacional socialismo, expresó en sus libros, ensayos y conferencias una posición ambivalente, primero negativa y finalmente favorable sobre la sociedad norteamericana.

Los tres pensadores tratan de aclarar cuán importante ha sido para el pueblo y las instituciones norteamericanas el logro de la libertad y la igualdad y hasta donde sus costumbres y prácticas han influido en su política exterior. Tocqueville, cuya familia fue afectada por la Revolución Francesa de 1789, creció en una época post revolucionaria, con la convicción de que la gran tendencia de la historia universal de los últimos siglos, “consiste en la paulatina nivelación de las desigualdades de nacimiento de las sociedades estratificadas”. Y hace la afirmación en su libro La Democracia en América, que la democracia norteamericana no es resultado de un proyecto revolucionario sino de la carencia de un orden político hereditario.

En su famoso libro que hemos mencionado atrás intenta responder a la pregunta: ¿Cómo un orden social basado en la libertad igualitaria de las personas, logra producir prosperidad y estabilidad en los EE.UU, mientras que en Europa los primeros pasos hacia un orden semejante desemboca en conflictos bélicos y guerras civiles, retrocesos reaccionarios, así como en el permanente temor al alzamiento revolucionario de las masas populares? ¿Cuáles son los factores que conducen a su fracaso?

Otro tema fundamental del libro de Offe es averiguar la posición de Tocqueville, Weber y Adorno sobre lo siguiente: ¿EE.UU se europeíza o Europa se americaniza? ¿Cuál es el futuro de los dos continentes? Esta discusión se plantea a partir de la afirmación que hace Hegel en su libro Lecciones de Historia de la Filosofía (escrito en la primera mitad del siglo XIX) según la cual América no había entrado en la historia universal, proclamando el eurocentrismo que se extendería, desde entonces, a las ciencias sociales y que todavía permanece en ellas.

En síntesis los tres autores mencionados reconocen la existencia de la democracia en América, sin negar sus falencias como la extrema búsqueda de la ganancia, haciendo de Norteamérica una sociedad exageradamente “materialista”, dejando las ideas en un segundo plano, salvo en el campo religioso. Rechazan la “industria cultural” que domina todos los sectores de la “cultura”, en todo caso reconocen cualidades excepcionales de los EE.UU, como su extensión, sus riquezas naturales, su libre régimen político (aunque reclaman la existencia de verdaderos partidos políticos e incluso de clase), excepcionalidad que lleva a sus gobiernos a considerarse destinados a mantener el orden económico y político mundial. El último capítulo lo dedica Claus Offe a criticar fuertemente la política exterior de los EE.UU y su aspiración a dominar el mundo.

lunes, 25 de junio de 2012

Los años a la par de las estaciones


Hace algunos años leí la trilogía novelística sobre Nueva York del escritor Paul Auster. A mi manera de ver, un buen escritor, pero no un gran escritor. Intentaba una técnica literaria original, que a ratos distraía, pero su prosa no me pareció sobresaliente. Sin embargo, atraído por la propaganda y las notas de algunos críticos, compré y leí su última obra Diario de invierno ( Anagrama. Barcelona. 2012 ). Como su título lo sugiere, se trata de un diario que se convierte en autobiografía. Este libro me gusta más que los anteriores.

La primera anotación la hace el autor sobre algo que le ocurre al personaje que, sin duda, no es otro que el mismo. Cuando éste tiene seis años. Se despierta y se dirige con los pies desnudos a la ventana en una mañana en que cae la nieve, que ya comienza a poner blancas las ramas de los árboles frente a la ventana de la casa.

“En cierta manera el tema de la autobiografía resulta ser no tanto la vida sino la preparación para la muerte.”


El invierno es el final de las estaciones. Los pies desnudos es el comienzo de la vida y la casa, el lugar en que vivirá hasta el final de sus días. Esos días se sucederán como las lluvias, las hojas secas del otoño, o los copos de nieve. Igualmente las habitaciones, los edificios o las casas del campo o de las grandes ciudades. Una característica de esta novela es que a la par que se señalan los años del personaje, describe los lugares donde el escritor vive, o mejor, escribe, pues ésta es su pasión, incluso algo más, su necesidad para existir.

En cierta manera el tema de la autobiografía resulta ser no tanto la vida sino la preparación para la muerte. Sabemos que estamos vivos, pero que, quizá, de repente, o tras una larga agonía, nos hundiremos en la nada. Desde luego que la cuestión no surge en todas las páginas, pero lo presentimos.
 
Auster nos prepara para aceptar el final, Sobre todo con los relatos breves de la muerte del padre, primero y luego de su madre. Sobre todo cuando cuenta el accidente automovilístico que lo lleva a él, a su esposa y a su hija, a pocos metros de la muerte. Luego con sus reflexiones sobre el infarto cardiaco que sufre a los 50 años, que lo derrumba en medio del dolor y en la soledad del cuarto. Sin embargo, no vienen acompañadas del temor a morir. Al contrario, se siente tranquilo y piensa rápidamente que quizá la muerte no es tan mala como creíamos. Descubre que “cuando a una persona le llega el momento de morir su ser se muda a otra zona de la conciencia donde es capaz de aceptarla”. Luego cambia de opinión cuando aullaste de terror, tirado en el suelo, porque la muerte estaba dentro de ti y no querías morir. Su entusiasmo por el béisbol a los siete años se convirtió para él “en la cima de la felicidad, lo más grande que podías hacer con tu cuerpo”.

Después vendrá el momento más complejo de su vida, el despertar de su sexua-lidad y la de toda su generación. El constreñimiento en el hogar y sobre todo en la universidad, en una época muy conservadora en la política y en las costumbres de los Estados Unidos, luego vendrán las relaciones de chicos y chicas que se convertirán en el libertinaje del sexo, las drogas y el alcohol. Sus primeras excursiones en busca de las putas. Del amor-dinero, pasando por la ardorosa masturbación de adolescentes. Varios son los episodios que conocemos al respecto, unos alegres, otros, sombríos. En lugares sórdidos o hermosos, como en las orillas del Sena, en la ciudad de la Luz y del amor. Y todo esto en medio de los fracasos matrimoniales, el nacimiento de los hijos, etc.

Vale la pena mencionar a Sandra, de “cuerpo majestuoso”, la prostituta inolvidable: hizo de cada encuentro unas horas de ternura, de cariño, de entrega. Capaz de acompañar al periodista, al escritor, al profesor, a recitar en la cama los versos de Baudelaire. “Fue uno de los momentos más extraordinarios de mi vida, de los más felices, e incluso seguiste pensando en Sandra cuando regresaste a Nueva York.”

¿Lo que nos dice Auster es lo mismo de siempre? Creemos encontrar en su relato no otras verdades pero sí un acento distinto, otro ritmo, otro eco de la misma angustia, otra sed, otra memoria, un tiempo impulsado por el viento de los años vividos.

domingo, 17 de junio de 2012

El universo de Kant (XXV)


Pocos filósofos – aunque es una cualidad de la filosofía – han abarcado tanto horizonte como Manuel Kant. Su mirada logró envolver el espacio cósmico y encontrar en este las claves de su formación y desarrollo. Apoyándose en los descubrimientos matemáticos y físicos de Newton y Laplace, Kant afirma que los astros y las estrellas que pueblan el universo no son creación directa de Dios, sino derivados de nebulosas incandescentes que se transformaron  en masas sólidas o gaseosas que giran por el espacio.  En uno de los planetas ha surgido y habitado una extraña y hasta ahora única especie de seres inteligentes, llamada humana.


“La segunda parte de la filosofía de Kant es la más celebrada y reconocida por los filósofos idealistas, pues su tema principal es el de la moral y la ética.” 


Esta preocupación convierte a Kant, en la primera etapa de su pensamiento, en un estudioso e investigador de las ciencias naturales .Por ese entonces comienzan a aparecer  ciencias especializadas, como la geología, la embriología, la fisiología vegetal y animal, la química inorgánica y orgánica, hasta llegar hoy a la física atómica, que significa un avance enorme en el conocimiento de la materia. En este período Kant escribe uno de sus primeros libros, Historia natural universal y teoría del cielo ( l755), dedicado al estudio del sistema  solar. Dando comienzo con él a la historia de la Tierra. Presenta las primeras hipótesis sobre el origen de las mareas  y la velocidad diaria de la Tierra en el espacio, fundamentando algunas de las tesis de Copérnico y Galileo En antropología expone la  idea de la historia natural de las razas. Engels anota que por primera vez Kant hizo temblar la tesis de que no existía historia alguna de la naturaleza.

En la filosofía de entonces (no solo la kantiana), predominaba la afirmación  de que las leyes mecánicas regían la materia y que lo existente tenia una sola causa, Dios.

La segunda parte de la filosofía de Kant es la más celebrada y reconocida por los filósofos idealistas, pues su tema principal es el de la moral y la ética. Con  sus trabajos sobre la Crítica: La crítica de la Razón pura, La crítica de la razón práctica y La Critica del juicio,  pasó a la historia del pensamiento humano.

 Kant entra al terreno del agnosticismo al distinguir “la cosa en sí”, del simple “fenómeno”. Es decir, que no podemos tener un conocimiento teórico de “las cosas en sí”, pues son cognoscibles solo los “fenómenos”. El pensamiento del filósofo de Königsberg es extraordinariamente rico y diverso y uno de los más profundos. Su análisis sobre los juicios distingue los juicios analíticos, de los sintéticos y  descubre los juicios sintéticos a priori, una síntesis de los anteriores. Muestra la existencia  en el hombre de tres facultades cognoscitivas fundamentales: la sensibilidad, el entendimiento y la razón.  O sea la facultad de sensación; el entendimiento, la facultad de conceptos y juicios; la razón, la facultad del pensar especulativo que se eleva hasta las ideas, que son conceptos de la razón sobre la unidad  absoluta de la condición de todos los fenómenos. Los juicios sintéticos a priori son posibles en la ciencia natural gracias a las categorías, conceptos del entendimiento independientes de la experiencia.

No tenemos espacio para referirnos  a otros aspectos de su mente prodigiosa, ni  a su espíritu al servicio del hombre libre. El mismo hizo de sí un retrato magistral, que citaremos a continuación : “Yo soy un investigador vocacional. Siento en mí la sed por conocerlo todo y la inquietud por extender mi saber, así como la satisfacción que me produce cada nuevo descubrimiento. Hubo un tiempo en el cual creía que solo esto podía dignificar a la humanidad y menospreciaba por ello al  vulgo ignorante. Rousseau fue quien me desengañó. Aquella deslumbrante superioridad se desvaneció y aprendí a honrar al ser humano. Ahora me consideraría el más inútil de los trabajadores, si no creyera que  mi tarea reflexiva puede proporcionar a los demás algún valor, cual es el establecer los derechos de la humanidad”.

martes, 12 de junio de 2012

La era de Kant ( XXIV )


En la Alemania del siglo XVIII, descrita en artículo anterior, nace en la ciudad de Königsberg, en 1724, uno de los pensadores que deslumbrará la historia de la filosofía mundial : Inmanuel Kant, en una familia de artesanos. Murió en la misma ciudad donde nació en 1804.,sin salir de ella.. Fue profesor universitario toda su vida y estudió y enseñó numerosas materias, entre ellas teología, lógica, cosmología y otras ciencias naturales. Hegel, quien es el autor que nos acompaña en la elaboración de estos apuntes, hace un chiste que se puede aplicar a Kant: “tenemos los alemanes toda clase de rumores dentro y fuera de la cabeza, pero preferimos meditar con el gorro de dormir puesto”.


“La filosofía de Kant ha sido llamada la filosofía crítica, por cuanto se propone ser una crítica de la facultad de conocimiento, pues antes del conocimiento es necesario investigar la capacidad para conocer”.


Kant inicia una nueva etapa de la filosofía europea, la filosofía clásica alemana, en unión de los filósofos Fichte, Schelling y Hegel. El aporte de este tramo de la filosofía fue la elaboración de las leyes de la dialéctica idealista, considerada como la teoría del desarrollo y del cambio permanente del mundo y del universo.

La característica que define la filosofa kantiana “es que pone la conciencia del pensamiento en su subjetividad: es decir, de una parte, contra la objetividad; de otra parte, como la finitud y el desarrollo progresivo de determinaciones finitas”, deice Hegel. Kant destaca la libertad del sujeto, postula que el contenido mismo del pensamiento sea la idea, concebida como unidad del concepto y la realidad. Que el pensamiento puede llegar por la vía del razonamiento a concebirse no como algo contingente, sino como algo absoluto de suyo.

Dios para Kant no puede encontrarse en la experiencia: ni en la experiencia exterior, pues podía buscarse a Dios por todo el cielo sin encontrarlo, ni en la experiencia interior, aunque los místicos, los visionarios. pueden descubrir dentro de sí mismos muchas cosas, entre ellas a Dios, es decir, lo infinito. Ve pues a Dios como un postulado de la razón práctica. Lo que hay de verdad en la filosofía kantiana – agrega Hegel – es el reconocimiento de la libertad. Desde luego que ya Rousseau había visto en la libertad lo absoluto. Los franceses ( Rousseau ) conciben este problema desde el punto de visto de la voluntad y Kant más bien desde el teórico.

Kant le dará a la lógica un desarrollo enorme e inesperado, va mucho más allá que Aristóteles. Descubre nuevas categoría y a las antiguas les da mayor profundidad como ocurre con el tiempo y el espacio. La categoría de los conceptos sintéticos a priori tendrá sitio especial en la historia del pensamiento.

La filosofía de Kant ha sido llamada la filosofía crítica, por cuanto se propone ser una crítica de la facultad de conocimiento, pues antes del conocimiento es necesario investigar la capacidad para conocer. Lo que parece de simple sentido común, como muchas otras grandes ideas de la filosofía, constituyó un verdadero hallazgo para Kant. Según esto el conocimiento es presentado como un instrumento, como una manera de apoderarnos de la verdad. Se debe averiguar previamente si el pensamiento es capaz de dar lo que se exige de él. Hegel lo explica así: debemos conocer la facultad cognoscitiva antes de conocer. No es posible apoderarnos de la verdad antes de la verdad misma. Es un paso grande e importante el que da Kant al someter a investigación el conocimiento.

Hegel considera que la filosofía kantiana “es teóricamente la Ilustración en el plano metódico, basada en la tesis de que el hombre no puede conocer ninguna verdad, sino solamente los fenómenos, siguiendo las huellas de Locke y de Hume; hace penetrar la ciencia en la conciencia, con ayuda de las categorías que denotan la actividad sintetizadora del pensamiento. ( continuará ).