lunes, 26 de octubre de 2009

Rafael Gutiérrez Girardot

Por: José Arizala

La Revista Babel, que se edita en Medellín, dirigida por Víctor Bustamante, ha dedicado su No. 11 (mayo-diciembre 2009) al escritor Rafael Gutiérrez Girardot (1928-2005). Su profesión fue la docencia universitaria hasta su jubilación en la prestigiosa Universidad de Bonn (Alemania), donde ejerció la dirección del Departamento de Hispanística.


Gutiérrez Girardot era un hombre contradictorio. De trato amable y escritura provocadora. Admirado por pocos y criticado por muchos de sus compatriotas. Su seriedad intelectual se manifestaba  en su dedicación absoluta al estudio, a la enseñanza y a la producción literaria y filosófica. Su vida compartió los dramas de los intelectuales colombianos del siglo XX.


Víctima de la violencia desde la más temprana edad. Su padre, Senador de la República por Boyacá, conservador, fue asesinado en 1932. Quedó a cargo de la familia de su madre, descendiente del héroe del Bárbula. Estaba, pues, predestinado para la lucha que libró con intensidad y valentía, no en el campo de las guerras civiles, sino desde la tribuna de las letras. Su temperamento más que sus ideas lo llevaron a disparar a diestra y siniestra contra sus adversarios ideológicos y estos le contestaron en igual medida. Por ejemplo, Germán Arciniegas, se refería a él sarcásticamente: “Filósofo alemán nacido en Sogamoso”.


Gutiérrez realizó una parábola política completa, desde el falangismo de sus años universitarios en el Rosario y la Nacional, hasta su adhesión a la candidatura a la presidencia de la República de Carlos Gaviria por el PDA, poco antes de su muerte. El diálogo de Gutiérrez Girardot con los profesores Rubén Jaramillo Vélez, Juan Carlos Celis Ospina y Carlos Sánchez L. el 6 de mayo de 1997, es un documento muy revelador de sus dimensiones intelectuales, al igual que el artículo Rafael Gutiérrez Girardot prólogo conservador y epílogo en la izquierda (1928-2005), de las colaboradoras María Alexandra Mosquera y Patricia Tobón Ricaurte. El ensayo más completo sobre el homenajeado es del iusfilósofo  Hernán A. Ortiz Rivas : “Un heterodoxo comprometido, que muestra dos  aspectos característicos de su personalidad: el inconforme con el establecimiento político y social y el combatiente por un cambio cultural en Colombia e Hispanoamérica que haga realidad la democracia y el libre pensamiento.


Para un intelectual resulta emocionante leer la descripción que hacen las autoras arriba mencionadas de la biblioteca de Gutiérrez en su casa de la Rheinaustrasse 142 donde vivió desde 1973 hasta  su muerte en mayo de 2005, en Bonn, a las orillas del Rin. Desde la terraza de su casa se divisa la Universidad donde Federico Hegel también enseñó en el siglo XIX. Entre los textos envidiables mencionan el Nitzsche de Heidegger dedicado por el autor el 14 de marzo de 1966, a la vez que manuscritos de éste filósofo alemán. Además colecciones de los novelistas y poetas alemanes. Gutiérrez conoció el marxismo por medio de los autores de la Escuela de Frankfort, Habermas, Horkheimer, Adorno.


Uno de los temas que merece la mayor atención de su parte es el de la formación del intelectual latinoamericano. Toma como ejemplos a Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, José Enrique Rodó, González Prada. Y entre los últimos, Jorge Luis Borges, autores que reunió en un libro de conferencias pronunciadas en la Universidad de Maryland, E.U. Elogia a los grandes maestros del ensayo, que es el género de su preferencia, dado que éste conjuga la destreza literaria y el pensamiento filosófico. Para R.G.G. algunos ensayistas colombianos muy conocidos no pasan el examen, como Estanislao Zuleta, William Ospina, Fernando González, Gonzalo Arango.


Pocos se salvan con su exigente medida, entre ellos, Rafael Moreno Durán, Hernando Valencia Goelkel y desde luego Baldomero Sanín Cano. Rafael Maya le parece una “personalidad intelectual ambigua”. Considera importante la obra de García Márquez hasta El general en su laberinto, lo demás…repetición de sí mismo.


Resulta interesante el artículo del profesor Juan Guillermo Gómez G. que hace parte de un trabajo más extenso, que comienza con ésta afirmación:”Rafael Gutiérrez Girardot llegó a desatiempo a la vida de la crítica literaria en América Latina”. De todas maneras, agrego, es un escritor colombiano que debemos escudriñar y esclarecer.




miércoles, 7 de octubre de 2009

Una discreta lectura de sí mismo

Por: José Arizala
David Hume fue un filósofo escocés del siglo XVIII. Escribió una densa Historia de Inglaterra y una discreta autobiografía: De mi propia vida. Para tener una idea de la amplitud y profundidad de su pensamiento bastaría mostrar los títulos de sus libros más importantes: Historia natural de la religión, Tratado de la naturaleza humana (ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano), Investigaciones sobre los principios de la moral, Discursos políticos (ensayos). Nació en Edimburgo el 7 de mayo de 1711 y murió el 25 de agosto de 1776, en la misma ciudad. Se le considera uno de los mejores escritores británicos.

La Universidad Autónoma de México ha publicado (2004) la corta autobiografía que indicamos arriba, acompañada de un bello prólogo de Nydia Lara Zavala, de una carta de Adam Smith sobre nuestro personaje y termina con otra carta de Hume sobre un par suyo, Juan-Jacobo Rousseau, en la cual da testimonio del carácter, la sensibilidad y el nivel cultural del autor del Contrato Social. Relata algunas anécdotas sorprendentes e increíbles.

Estudia Derecho por sugerencia de su familia, “pero yo siempre sentí una insuperable aversión por lo que no fuera la indagación filosófica y el aprendizaje en general; así mientras ellos imaginaban que yo estaba dedicado minuciosamente a Voet y Vinnius, en realidad Cicerón y Virgilio eran los autores que devoraba en secreto”.

Pronto abandona su trabajo de abogado para dedicarse por completo a escribir sobre diversos temas, principalmente filosofía. Un futuro encuentro con su profesión sólo lo tendrá cuando sea nombrado Bibliotecario de la Facultad de Derecho de Edimburgo. En su juventud vivirá con pocos recursos económicos, aunque murió rico, gracias a la frugalidad en sus gastos y a las regalías de sus libros, con los que poco a poco fue ganando lectores, autoridad y fama. Dejará herencia a su hermano, pues, aunque se apasiona por algunas damas, falleció soltero. Como corresponde a la mayoría de los filósofos para quienes el amor por el saber supera cualquier otra pasión, incluso la que la mayoría de los mortales consideramos la más poderosa. Son más fieles al celibato que muchos sacerdotes católicos que formulan eternos votos de castidad. Una semana antes de morir David le escribe a su amada con pasión contenida: “veo a la muerte aproximarse gradualmente, sin angustia ni lamentos: la saludo a Usted, pues, por última vez con gran afecto y respeto”.

David Hume fue uno de los primeros de los grandes filósofos de la época moderna que expuso públicamente su ateísmo. Influyó tanto en Kant, que éste confesó que el estudio de Hume, le permitió salir del “sueño dogmático” en que se encontraba y darle un nuevo enfoque a su filosofía. Hume fue fundador de la escuela empirista inglesa, una de las más importantes en la formación del pensamiento moderno y que dio argumentos para rebatir las tesis idealistas de Descartes. En la prolongada lucha contra la metafísica, su refutación del principio causal y del orden cósmico que necesita de un dios para existir, se constituyó en un hito del pensamiento anti-escolástico. Rechazó la revelación como fuente de verdad y destacó el conocimiento que surge de las relaciones de hecho, fruto exclusivo de la experiencia. Como lo anota la prologuista Lara Zavala, su Tratado aportó los cimientos de una ciencia del hombre: “Supuso que todo lo que se podía decir de Dios, el mundo, la vida, iniciaba y terminaba en el hombre mismo”. Algunos de sus artículos tuvieron un tono antirreligioso y anticlerical.

Este ateo confeso 13 días antes de su muerte le agregó a su autobiografía estas líneas: “Parece innegable que nada puede otorgarle más mérito a cualquier criatura humana que el sentimiento de benevolencia en un grado sumo; y que, aparte de su mérito, surge de una tendencia a promover el interés de nuestra especie y a dar felicidad a la sociedad humana”.

Su contemporáneo y gran amigo Adam Smith, uno de los padres de la ciencia económica clásica, admiraba su personalidad y respetaba su pensamiento filosófico. En la carta que comunica a su amigo William Strahan el fallecimiento de Hume, Smith dice: “Siempre lo consideré durante su vida y desde su muerte, como alguien que se aproximó tanto a la idea del hombre absolutamente sabio y virtuoso como quizá la débil naturaleza humana lo permita”.

Como era previsible su ateísmo fue duramente rechazado por la sociedad inglesa. Smith relata que la hoja de papel que escribió en memoria del finado amigo Hume, “me ha ocasionado 10 veces más insultos que el violentísimo ataque que hice sobre todo el sistema comercial de la Gran Bretaña”.