lunes, 23 de abril de 2012

El campo literario


El surgimiento de un nuevo y potente pensador o artista conmueve justamente al extenso mundo de la cultura. En estos días se han conmemorado los 10 años de la muerte del sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930 -2002). Periódicos, revistas, seminarios, libros, se han publicado tratando de explicar sus principales aportes al estudio no solo de la sociedad, como correspondería a un sociólogo, sino de la literatura, el arte y la ciencia.

Pierre Bourdieu hace parte de una fila de intelectuales franceses, entre ellos, Sartre, Foucault, Derrida, que han desarrollado el pensamiento europeo en la segunda mitad del siglo XX, con nuevas concepciones, inspirándose en Marx, Nietzsche, Freud, Heidegger. Sartre y Bourdieu las aplicaron a estudiar como un ejemplo, entre otros temas, la existencia y la obra de Flaubert, que les permitió, al primero, escribir una biografía descomunal en varios tomos y al segundo, una de sus obras fundamentales Las reglas del arte. (Anagrama. Barcelona. 1997).

"Para Pierre Bourdieu resulta necesaria y difícil la ruptura con el pensamiento de Estado, que está presente hasta lo más íntimo de nuestro pensamiento."

Como sociólogo, Bourdieu busca encontrar un fondo “científico” que regula el proceso creativo, separándose de la teoría en boga de las causas económicas, geográficas, históricas, etc. sin caer en la tesis hermeneútica de Gadamer de que “la obra de arte representa un desafío lanzado a nuestra comprensión porque escapa indefinidamente a cualquier explicación y que opone una resistencia siempre insuperable a quien trata de traducirla en la identidad del concepto”.

Bourdieu plantea una reflexión original que le permite encontrar la génesis y la estructura del campo literario, que se forma a sí mismo, resultado de las tomas de posición de los artistas sobre las corrientes, movimientos y escuelas de la época, creando así su propio valor, es decir, autoconstruyéndose como artista, en este caso, como escritor. Apartándose de la afirmación de que la obra de arte es producto de la inspiración, del genio e inclinándose por la hipótesis de que es posible cimentar una ciencia de las obras.

Se trata de un pensamiento complejo, difícil de captar en toda su amplitud y profundidad. Crea una nueva terminología para explicar fenómenos que percibe en la sociedad y por lo tanto en la cultura contemporáneas, como el de “campo”, que extiende al campo literario, científico, político, del poder, habla del “capital” humano (no el puramente económico), simbólico, de las relaciones de unos campos con los otros, de la economía de los bienes simbólicos, de la “revolución simbólica”, etc. Su componente teórico resulta muy rico e interesante, que han aprovechado sus discípulos para resolver problemas de la vida real.

Es un sociólogo muy cercano a la filosofía. Como sociólogo toma en cuenta los hechos, los acontecimientos, las particularidades. En su libro Razones prácticas (Anagrama. Barcelona. 2007 ) que lleva como subtítulo “Sobre la teoría de la acción”. Escribe : “Todo mi propósito científico parte en efecto de la convicción de que solo se puede captar la lógica más profunda del mundo social a condición de sumergirse en la particularidad de una realidad empírica, históricamente situada y fechada”. En algunos temas es radical, por ejemplo, en el del Estado : “Proponerse pensar el Estado significa exponerse a retomar por cuenta propia un pensamiento de Estado, aplicar al Estado unas categorías de pensamiento producidas y avaladas por el Estado, por lo tanto a no reconocer la verdad más fundamental de éste”. O sea que las ideas que tenemos del Estado han sido producidas e impuestas por el mismo Estado, principalmente a través de la escuela. Cita al novelista Thomas Bernhard que en su libro Maestros antiguos (que dicho sea de paso, hemos comentado en esta columna y que aparece en mi reciente libro Crónicas Literarias). “La escuela es la escuela del Estado, donde se convierten a los jóvenes en criaturas del Estado, es decir, única y exclusivamente en secuaces del Estado”. Aunque Bourdieu reconoce que se trata de un párrafo con exageraciones, lo aprueba en lo esencial. Afirma que resulta necesaria y difícil la ruptura con el pensamiento de Estado, que está presente hasta lo más íntimo de nuestro pensamiento.

miércoles, 18 de abril de 2012

Vieira y su época

El poeta José Luis Díaz-Granados ha publicado un reportaje sobre Gilberto Vieira White, editado por la Secretaría de Cultura de Caldas, con motivo del centenario de su nacimiento. No se trata de una biografía del dirigente comunista colombiano, sino de un retrato de su vida cultural y de sus relaciones con los más connotados intelectuales y políticos de su tiempo, tanto del país como del exterior.

Vieira nació el 5 de abril de 1912, en Medellín, Antioquia, pero creció en Manizales, donde hizo sus estudios secundarios hasta el día en que el rector del Instituto Universitario de la ciudad, lo expulsó por sus ideas tempranamente revolucionarias. Pronto ingresó al Partido Comunista recién fundado, es decir, en1930. Al cual perteneció hasta su muerte, el 25 de febrero de 2000. Fue el dirigente máximo del PCC desde 1947 hasta 1991.Uno de los dirigentes comunistas del mundo que durante más tiempo ejerció el cargo de Secretario General.

Gilberto Vieira era hijo de una distinguida familia de la burguesía media, descendiente del jefe liberal Rafael Uribe Uribe, de una madre de ascendencia inglesa, White, y contrajo matrimonio con Cecilia Quijano Caballero. Su padre, Joaquín Vieira, perteneció al partido conservador. Su hermana Maruja Vieira es una de las poetizas colombianas más destacadas.

Entre las personalidades de la izquierda colombiana que más impresionaron al joven Vieira, están María Cano, llamada por su belleza y valentía la flor del trabajo, Ignacio Torres Giraldo, Tomás Uribe Márquez, fundadores del Partido Socialista Revolucionario (PSR), en los años 20 del siglo pasado, que luego se transformó en el Partido Comunista de Colombia, siguiendo las orientaciones de la Internacional Comunista, con sede en Moscú.

En 1924, antes de la fundación del Partido, se creó la primera célula comunista encabezada por el cronista Luis Tejada y el poeta Luis Vidales. En los años 30 surgen nuevos líderes de izquierda, con mayores conocimientos académicos, como Gerardo Molina y Antonio García. Y numerosas personalidades democráticas , tales como Baldomero Sanín Cano, Gabriel Turbay, Felipe Lleras Camargo, Y, desde luego, Jorge Eliecer Gaitán, líder del liberalismo social.

En sus conversaciones con Díaz-Granados, Vieira no hace grandes revelaciones, con excepción de la siguiente: “Un mes antes de su muerte, Gaitán llama a Vieira y le dice : Yo estoy convencido de que la oligarquía de este país no me va a permitir llegar a la Presidencia de la República. En este caso, yo voy a proponer la candidatura presidencial de (Dario) Echandía”. Sobre el presidente López Pumarejo Vieira anota :  “La verdad es que López Pumarejo, en mi opinión, ha sido el mandatario más importante que ha tenido Colombia en el siglo XX”.

Son numerosas e interesantes las opiniones de Vieira sobre los dirigentes soviéticos que conoció en su larga vida de militante comunista. En la página 52 observa: “Me impresionó de manera negativa, muy mal, la mediocridad de los dirigentes comunistas soviéticos… Malenkov era un personaje muy extraño, sombrío…” De Gorbachov añade : “Demostró una absoluta incapacidad para dirigir la situación que se creo con la perestroika: el caos completo en la Unión Soviética, lo cual aprovecharon muy bien sus enemigos”. Sobre Mao con quien conversó varias veces dice que la última vez le escuchó cosas muy extrañas Y, con unos argumentos y divagaciones muy raras, con cosas así como que “si ya habrían llegado las sociedades en otros planetas, que si eran sociedades primitivas o capitalistas”. Y que él se apresuró a decirle que seguramente eran sociedades comunistas. Pero también elogia a Chou-En Lai , a Liu-Shao-Chi y desde luego, a Fidel Castro y al Che Guevara. Da testimonio sobre intelectuales y artistas como Picasso, Rivera, Neruda, García Márquez y otros.

En resumen, el escritor Díaz-Granados termina afirmando en las entrevistas, que “Vieira, sin duda alguna, es el más notable político comunista de Colombia y uno de los más importantes revolucionarios de nuestra América, a lo largo de siete décadas de una entrega incondicional a la causa de los pobres del mundo”.