viernes, 5 de junio de 2009

La marcha de los estoicos (VII)

Por: José Arizala
La palabra estoicismo viene de un hecho casual. Del Pórtico o stoa, donde enseñaba Zenón (venido de la isla de Chipre y no de Elea como su tocayo), Zenón como la mayoría de los filósofos griegos eran, además de pensadores, hombres fuera de serie que lograban gran audiencia y respeto de sus compatriotas. Los atenienses de las buenas épocas no fueron hostiles a los extranjeros. Le dieron a Zenón las llaves de la ciudad y votaron en asamblea popular el siguiente acuerdo, que repito, porque condensa las calidades de su existencia y la nobleza de su tarea en la ciudad: “ Puesto que Zenón, hijo de Mnoseas, lleva ya muchos años viviendo en nuestra ciudad como filósofo y en toda su vida ha dado muestras de ser un hombre excelente, que ha sabido guiar por los caminos de virtud y de la temperancia a los jóvenes acogidos a sus enseñanzas, adoctrinándolos por esta senda con su magnífico ejemplo, los ciudadanos acuerdan tributarle un elogio público y una corona de oro, como premio a su virtud y moderación. Acuerdan, además, que a su muerte sea solemnemente enterrado en el Cerámico. Para la entrega de la corona y la construcción del sepulcro, se nombrará una comisión de cinco miembros”.

Era, sin duda, una época conservadora. El rey Antígono de Macedonia lo visitaba con frecuencia y se sentaba a su mesa. Zenón murió a los 98 años de edad, mal contados. Supo ganarse la simpatía de todos y no creó problemas con sus enseñanzas, como si le ocurrió Sócrates, quien tuvo una muerte trágica.

“El estoicismo es la primera filosofía griega que llega al centro y
occidente de Europa. Y nada menos que a Roma, entonces la primera potencia del
mundo. Allí se aclimatará y florecerá.”


Después de la etapa socrática, según Hegel, se inicia un segundo período de la filosofía griega, con la conformación de dos corrientes, el escepticismo y el dogmatismo; ésta, a su vez, se separa en dos tendencias: la estoica y la epicúrea. Intentaré explicar brevemente en qué consiste el dogmatismo:

La filosofía de Aristóteles, poderosa y global, abarca la naturaleza exterior y el entendimiento humano. Una idea general deducida de Aristóteles por los estoicos la convierten en un principio rector, que se torna unilateral. Concibe el mundo como una determinación del pensamiento que se piensa a sí mismo. “Y esto hace – aclara Hegel – que este principio aparezca como algo formal y abstracto y que lo particular no se deduzca todavía de ello, sino que lo general se limita a aplicarse a lo particular” Lo que da origen a una especie de repliegue de la conciencia sobre sí misma y a apartarse del mundo exterior, es decir, de lo real. Y, por consiguiente, se convierte ese principio en predominante, cuando no en exclusivo. Relación de la que surge una necesidad de sistema y de lo sistemático, “de tal modo que la verdad de todo lo particular sea determinada y, al mismo tiempo, conocida con arreglo a ese principio abstracto”.

El estoicismo es la primera filosofía griega que llega al centro y occidente de Europa. Y nada menos que a Roma, entonces la primera potencia del mundo. Allí se aclimatará y florecerá. Diógenes de Selencia fue embajador de Atenas en Roma en tiempos de Catón. Inició conferencias sobre la dialéctica y la elocuencia griegas. Un estoico, Panecio, es maestro de Cicerón. El caso del esclavo Epicteto es ejemplar. Nacido en Grecia en el año primero a.C. recibe la libertad de su amo Epafrodito y viaja a Roma y a otras provincias romanas donde se dedica a la enseñanza pública. Varios emperadores y mandatarios fueron estoicos, como Marco Aurelio, Séneca, Sexto Empírico, Arriano.

La filosofía estoica, como casi toda la filosofía griega de entonces, se divide en tres secciones: la lógica, o sea, la filosofía más propia; la física o de la naturaleza; la ética, la filosofía del espíritu. Hegel no tenía una buena opinión de la filosofía .estoica, pues la considera sin un contenido original, creador. Otros autores opinan que cuenta con muchos elementos nuevos que madurarán en el futuro y que influirán, sobre todo, en la conducta humana. Su invitación a la moderación de los instintos, a vivir modesta y sobriamente. Su búsqueda de la unidad entre la virtud y la felicidad como justo medio. Su indiferencia ante la vida y a todo lo material, preparará al mundo para la llegada del cristianismo.

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