“Colombia en los últimos 60 años
ha tenido guerrillas fuertes y partidos de izquierda débiles, muchos
y muy divididos”. Con estas categóricas palabras el historiador
Jorge Orlando Melo inició su columna de El Tiempo (Los dilemas
de la izquierda ( 28 / 4 / 2012 ). El momento político en que ha
sido escrita es oportuno, pues surge cuando asistimos a un nuevo
intento de la izquierda de re-estructurar sus fuerzas dispersas y
erráticas.
La tesis central del artículo toca el
punto decisivo: ¿para avanzar debe abandonar la lucha armada o
perseverar en el intento? Si se crean nuevas organizaciones o
movimientos que aglutinen los diversos grupos y si se aspira a
conformar un partido unido de izquierda, poderoso en número de
militantes y claro en sus objetivos inmediatos, debe decidir si
transita por una vía desprovista de violencia armada o insistir en
ella, para la toma del poder, .l Si retomamos la afirmación de Melo
de que la debilidad actual de la izquierda colombiana se debe a que
está vinculada a la guerrilla, concluiremos que el camino
fructífero es el pacífico, el de las luchas constitucionales y
legales.
El historiador nos recuerda la
afirmación de Gilberto Vieira en la entrevista que le concedió en
l988 a la ideóloga Marta Harnecker: “Reivindicamos como justa la
lucha armada y estamos también en la vía que llaman pacífica”.
Una clara formulación en favor de la combinación simultánea de la
lucha armada y la lucha legal. En mi opinión, 24 años después,
los hechos demuestran que era una combinación equivocada de las
formas de lucha. Y que es hora de la izquierda de cambiar la
estrategia. Buscar la paz, sin que esto signifique una rendición
ante el poder gobernante, pero sí el compromiso de las partes de
respetar honestamente los acuerdos que se pacten en una negociación.
Hemos sido sorprendidos con la
aparición de “La marcha patriótica”. Una enorme manifestación
en la Plaza de Bolivar de Bogotá, con gentes venidas de todas las
regiones de Colombia y de diversas condiciones sociales y etnias, si
bien con objetivos poco claros, salvo la inconformidad social y el
anhelo de cambio. Pasará algún tiempo para que podamos conocer el
contenido de sus ideales políticos, su equipo dirigente y su
verdadera posición frente al problema del conflicto interno que
enfrenta a nuestra sociedad desde hace décadas.
Esperamos que la llamada “Marcha
Patriótica” contribuya a lograr la paz en Colombia y encauce sus
luchas por la vía democrática, pues repetir la trágica experiencia
de la “Unión Patriótica”, conduciría a la izquierda a una
derrota prolongada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario