Pocos filósofos – aunque es una cualidad de la filosofía –
han abarcado tanto horizonte como Manuel Kant. Su mirada logró envolver el
espacio cósmico y encontrar en este las claves de su formación y desarrollo.
Apoyándose en los descubrimientos matemáticos y físicos de Newton y Laplace,
Kant afirma que los astros y las estrellas que pueblan el universo no son
creación directa de Dios, sino derivados de nebulosas incandescentes que se
transformaron en masas sólidas o
gaseosas que giran por el espacio. En
uno de los planetas ha surgido y habitado una extraña y hasta ahora única
especie de seres inteligentes, llamada humana.
“La segunda parte de la filosofía de Kant es la más celebrada y reconocida por los filósofos idealistas, pues su tema principal es el de la moral y la ética.”
Esta preocupación convierte a Kant, en la primera etapa de
su pensamiento, en un estudioso e investigador de las ciencias naturales .Por
ese entonces comienzan a aparecer ciencias especializadas, como la geología, la
embriología, la fisiología vegetal y animal, la química inorgánica y orgánica,
hasta llegar hoy a la física atómica, que significa un avance enorme en el
conocimiento de la materia. En este período Kant escribe uno de sus primeros
libros, Historia natural universal y
teoría del cielo ( l755), dedicado al estudio del sistema solar. Dando comienzo con él a la historia de
la Tierra. Presenta las primeras hipótesis sobre el origen de las mareas y la velocidad diaria de la Tierra en el
espacio, fundamentando algunas de las tesis de Copérnico y Galileo En
antropología expone la idea de la
historia natural de las razas. Engels anota que por primera vez Kant hizo
temblar la tesis de que no existía historia alguna de la naturaleza.
En la filosofía de entonces (no solo la kantiana),
predominaba la afirmación de que las
leyes mecánicas regían la materia y que lo existente tenia una sola causa,
Dios.
La segunda parte de la filosofía de Kant es la más celebrada
y reconocida por los filósofos idealistas, pues su tema principal es el de la
moral y la ética. Con sus trabajos sobre
la Crítica: La crítica de la Razón pura,
La crítica de la razón práctica y La Critica del juicio, pasó a la historia del pensamiento humano.
Kant entra al terreno
del agnosticismo al distinguir “la cosa en sí”, del simple “fenómeno”. Es decir,
que no podemos tener un conocimiento teórico de “las cosas en sí”, pues son
cognoscibles solo los “fenómenos”. El pensamiento del filósofo de Königsberg es
extraordinariamente rico y diverso y uno de los más profundos. Su análisis
sobre los juicios distingue los juicios analíticos, de los sintéticos y descubre los juicios sintéticos a priori, una
síntesis de los anteriores. Muestra la existencia en el hombre de tres facultades cognoscitivas
fundamentales: la sensibilidad, el
entendimiento y la razón. O sea la
facultad de sensación; el entendimiento, la facultad de conceptos y juicios; la
razón, la facultad del pensar especulativo que se eleva hasta las ideas, que
son conceptos de la razón sobre la unidad
absoluta de la condición de todos los fenómenos. Los juicios sintéticos
a priori son posibles en la ciencia natural gracias a las categorías, conceptos
del entendimiento independientes de la experiencia.
No tenemos espacio para referirnos a otros aspectos de su mente prodigiosa, ni a su espíritu al servicio del hombre libre. El
mismo hizo de sí un retrato magistral, que citaremos a continuación : “Yo soy
un investigador vocacional. Siento en mí la sed por conocerlo todo y la
inquietud por extender mi saber, así como la satisfacción que me produce cada
nuevo descubrimiento. Hubo un tiempo en el cual creía que solo esto podía dignificar
a la humanidad y menospreciaba por ello al
vulgo ignorante. Rousseau fue quien me desengañó. Aquella deslumbrante
superioridad se desvaneció y aprendí a honrar al ser humano. Ahora me
consideraría el más inútil de los trabajadores, si no creyera que mi tarea reflexiva puede proporcionar a los demás
algún valor, cual es el establecer los derechos de la humanidad”.
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