El filósofo Peter Sloterdijk
(1947) inicia un breve ensayo (Temperamentos
filosóficos.Siruela. 20ll ) sobre Johann Gottlieb Fichte con
esta inquietante frase : “La filosofía es una empresa estéril si
no se acompaña de un despertar de la totalidad del ser humano”.
Sloterdijk condensa así la tarea filosófica de Fichte y agrega que
entre los filósofos de la Edad Moderna – a excepción de Martín
Heidegger – ninguno ha enseñado esa visión con tanto ímpetu y
con principios tan profundos. Logra producir un cambio brusco,
transformador en tu vida, al deshacerte de la creencia en el
predominio de los objetos que están “enfrente y fuera de él”,
sustentado en la idea moderna de Libertad, convirtiéndose Fichte en
maestro del idealismo en la época burguesa De esta manera encuentra
y profundiza en la nueva doctrina de la subjetividad que todo lo
transforma.
Subjetividad implica decisión,
acción, lucha, incluso enfrentamiento, como lo demuestra Fichte con
la fuerza de su discurso ante las tropas francesas de ocupación,
al pronunciar en Berlín sus Discursos a la nación alemana,
poniendo en peligro su propia vida. El ensayista afirma que si
“Bonaparte había aparecido en el escenario mundial como fundador
de un imperio burgués, Fichte fundó en cambio su mundo intelectual
sobre el escenario de las ideas.”
Fichte
comienza, pues, su doctrina destacando la existencia en el hombre
de una poderosa intuición intelectual, del yo, que hace de él un
ser activo, creador, productor, que inevitablemente lo enfrenta al no
yo, es decir, al objeto. Pero su concepción de la acción y de la
práctica no es materialista, sino idealista. No obstante hace una
clara diferenciación entre las dos posiciones fundamentales de la
filosofía:. El materialista va del ser a la conciencia, mientras el
idealista tiene el punto de vista opuesto: o sea que parte de la
conciencia al ser.
¿De donde surge ese
poder de la existencia humana? de lo absoluto. El yo es el principio
absoluto, de lo cual se deriva el sí mismo y el contenido del
universo, representándoselo como un producto, concepción que es
compartida por los pensadores que conforman la filosofía clásica
alemana. A pesar de su idealismo, Fichte le da primacía a la
práctica sobre la razón teórica, lo que lo lleva en un comienzo a
simpatizar con la Revolución Francesa. Critica el régimen feudal
de la Alemania de su tiempo, el atraso político de la burguesía y
al mismo tiempo lucha por la unidad nacional . Estas y otras
posiciones le imponen como tema principal proclamar a la ciencia
como “la ciencia de las ciencias” y a la filosofía como el
fundamento de todo saber, de la cual se pueden deducir los principios
fundamentales de las ciencias especiales. En la segunda parte de su
filosofía Fichte se torna muy abstracto y difícil, hasta el punto
que se siente obligado a escribir un libro para explicarla al amplio
público.
Fichte nació en 1762
en el seno de una familia campesina. Afortunadamente logró estudiar
y en 1794 ocupa la cátedra de filosofía en la Universidad de Jena,
hasta 1799 cuando es expulsado de ella, acusado de ateísmo, no antes
de formular la tesis de la primacía del pueblo sobre el Estado. En
1813 se hace soldado en la guerra contra Napoleón y muere al año
siguiente en un hospital militar.
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