martes, 21 de agosto de 2012

El diálogo es propio de la especie humana


Después de Martín Heidegger, Hans-Georg Gadamer, es quizá el mayor filósofo alemán del siglo XX.. Su libro Verdad y método ( 1960 ) puede ponerse al lado de Ser y tiempo ( 1927 ) de Heidegger. Gadamer vivió todo el siglo pasado, de punta a punta ( 1900 – 2000 ), es decir, un poco más de cien años En esta columna nos referiremos a uno de sus libros secundarios, que no pertenece a sus obras completas: Acotaciones hermenéuticas (Editorial Trotta, Tubingen, 2000). Contiene 22 trabajos, que incluyen conferencias y artículos que no aparecen en sus libros principales: aunque con iguales temas, como la hermenéutica, historia de la filosofía, del arte y "glosas" sobre diversos asuntos.

"El diálogo es propio de la especie humana: el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad inicial propia del hombre, sino el medio en que vivimos desde el principio como seres sociales"


Fue alumno de Heidegger ( en 1929 ), el más influyente filósofo de su época. Luego rector de la Universidad de Leipzing, durante la RDA ( la República Democrática Alemana) , en reconocimiento a su posición política antinazi.. Se trasladó a la República Federal de Alemania, donde sucedió a Jaspers en la Universidad de Heidelberg. El mayor aporte de Gadamer lo hizo en la filosofía hermenéutica, sobre la importancia del diálogo entre los hombres, en su vida y su historia.
Gadamer comienza su libro recordándonos que el lenguaje ha conquistado una posición central en la filosofía, entre otras razones por la importancia que ha tomado “la vida práctica “ y la influencia de ciertas corrientes del pensamiento como la fenomenología y el empirismo inglés. El lenguaje se ha convertido en un tema de la reflexión “inextricablemente unido al mundo de la vida humana”. En este contexto el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad inicial propia del hombre, sino “el medio en que vivimos desde el principio como seres sociales y que sostiene el todo en el que nos introducimos a vivir” y añade una afirmación sorprendente: cuando hablan dos interlocutores no solo circunscriben “la cosa” al dirigirse el uno al otro, sino que se hacen lenguaje. Es decir, que crean algo nuevo tomado de la unidad de la práctica y la razón. El lenguaje no solo trasmite una información, una experiencia, un concepto, sino que articula el mundo. Sin embargo, el diálogo se basa en una estructura prelingüistica que observamos, por ejemplo, en el entendimiento sin palabras entre la madre y el hijo, en los años en que se aprende a hablar y hacen capaz al hombre de domiciliarse en el mundo...
El encuentro y por consiguiente el diálogo nos lleva a la amistad. El rompimiento del diálogo conduce al enfrentamiento, a la violencia e incluso a la muerte en el combate. La conversación es el comienzo de la paz. Oponerse al diálogo puede conducir a apoyar la guerra. Resulta obvio decir que países como el nuestro, tantos años sumido en la guerra fratricida, necesita vivir en paz para resolver sus problemas fundamentales, la salud, la pobreza, el desarrollo económico, la cultura y la libertad...


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