Después de Martín Heidegger,
Hans-Georg Gadamer, es quizá el mayor filósofo alemán del siglo
XX.. Su libro Verdad y método ( 1960 ) puede ponerse al
lado de Ser y tiempo ( 1927 ) de Heidegger. Gadamer vivió
todo el siglo pasado, de punta a punta ( 1900 – 2000 ), es decir,
un poco más de cien años En esta columna nos referiremos a uno de
sus libros secundarios, que no pertenece a sus obras completas:
Acotaciones hermenéuticas (Editorial Trotta, Tubingen, 2000).
Contiene 22 trabajos, que incluyen conferencias y artículos que no
aparecen en sus libros principales: aunque con iguales temas, como
la hermenéutica, historia de la filosofía, del arte y "glosas" sobre diversos asuntos.
"El diálogo es propio de la especie humana: el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad inicial propia del hombre, sino el medio en que vivimos desde el principio como seres sociales"
Fue alumno de Heidegger ( en 1929 ),
el más influyente filósofo de su época. Luego rector de la
Universidad de Leipzing, durante la RDA ( la República Democrática
Alemana) , en reconocimiento a su posición política antinazi..
Se trasladó a la República Federal de Alemania, donde sucedió a
Jaspers en la Universidad de Heidelberg. El mayor aporte de Gadamer
lo hizo en la filosofía hermenéutica, sobre la importancia del
diálogo entre los hombres, en su vida y su historia.
Gadamer comienza su libro
recordándonos que el lenguaje ha conquistado una posición central
en la filosofía, entre otras razones por la importancia que ha
tomado “la vida práctica “ y la influencia de ciertas corrientes
del pensamiento como la fenomenología y el empirismo inglés. El
lenguaje se ha convertido en un tema de la reflexión
“inextricablemente unido al mundo de la vida humana”. En este
contexto el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad
inicial propia del hombre, sino “el medio en que vivimos desde el
principio como seres sociales y que sostiene el todo en el que nos
introducimos a vivir” y añade una afirmación sorprendente: cuando
hablan dos interlocutores no solo circunscriben “la cosa” al dirigirse el uno
al otro, sino que se hacen lenguaje. Es decir, que crean algo nuevo
tomado de la unidad de la práctica y la razón. El lenguaje no solo
trasmite una información, una experiencia, un concepto, sino que
articula el mundo. Sin embargo, el diálogo se basa en una
estructura prelingüistica que observamos, por ejemplo, en el
entendimiento sin palabras entre la madre y el hijo, en los años en
que se aprende a hablar y hacen capaz al hombre de domiciliarse en el
mundo...
El encuentro y
por consiguiente el diálogo nos lleva a la amistad. El rompimiento
del diálogo conduce al enfrentamiento, a la violencia e incluso a la
muerte en el combate. La conversación es el comienzo de la paz.
Oponerse al diálogo puede conducir a apoyar la guerra. Resulta
obvio decir que países como el nuestro, tantos años sumido en la
guerra fratricida, necesita vivir en paz para resolver sus problemas
fundamentales, la salud, la pobreza, el desarrollo económico, la
cultura y la libertad...
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