"Joseph Roth es uno de los mejores escritores de la primera mitad del siglo XX (Brody 1894. París 1939) Tuvo una existencia atormentada, plagada de conflictos."
Un día inesperado llegó un cazador de
pieles y contó que todo había terminado. Les dijo: “Ha llegado la paz y la
Revolución”. Y por casi toda Europa comenzaron los presos a andar en sentido
inverso: regresar a sus países de origen, sin un peso en el bolsillo, caminando
al lado de gente desconocida, otros idiomas, etnias, soledad, recuerdos, deseo
de rencontrarse con personas que alguna vez amaron y quizá con hijos que ya serían irreconocibles.
Tunda alcanzó a ver por casualidad el
triunfo de la revolución bolchevique y presenciar los primeros días de júbilo y
de esperanzas Todo cambió en medio de un gran desorden. Cada cual perdió su
anterior identidad de obrero, de campesino, de empleado o de dirigente, para tomar la de “camarada”. Esta palabra los
cubrió a todos de un día para otro, los hermanó en un objetivo común: el de
cambiar el mundo. Por algún tiempo las cosas, los sentimientos, se tornaron
frágiles, también los bienes, los matrimonios, las religiones, los ritos de la
vida y de los cementerios, la idea misma de la muerte. Y desde luego llegaron
los amores contingentes, las muchachas bellas y silenciosas de diferentes países de la inmensa Rusia, que se
convirtió en la Unión Soviética.
El ex-oficial austríaco no simpatizó con la Revolución. La ve
insípida y tonta, vacía, sin una fuerza
verdadera y profunda. Cuando está en Moscú, en las noches, va a la Plaza
Roja, frente al Mausoleo de Lenin. “Este era el único lugar donde se sentía la
Revolución”. En Bakú le gusta ver el arribo y marcha de los pocos barcos que navegan en su pequeño mar
Caspio y a soñar en largos viajes hacia
Occidente, a los puertos de Italia, a las estaciones de
trenes que parten a las ciudades opulentas, a las calles de Viena, de Berlín, de París.
Finalmente Tunda inicia el regreso a su
patria y piensa en Irene la muchacha de alta clase social con quien se había comprometido antes de marchar al
frente de guerra. ¿Qué será de ella, lo espera o se ha casado?Tunda se re-encuentra con su familia , una
familia burguesa, en que algunos hermanos o tíos tiene dinero, mientras otros
están pobres, unos trabajan y otros viven de sus rentas, unos se quieren y
otros se odian.
El
escritor Joseph Roth, autor de la
novela que estamos relatando Fuga sin fin (Barcelona 2003 Acantilado) utiliza la
segunda parte para describir la sociedad capitalista europea con sus
resplandores y sombras. Por ejemplo un rico terrateniente razona de esta manera:
“La sensibilidad social es un lujo que se pueden permitir los ricos, y
que, además, tiene la ventaja práctica de que ayuda a
conservar la propiedad… era un caballero de buena cepa, un baluarte viviente
contra el socialismo, muy admirado y que
cuando fue elegido para el Reichstag,
demostró como miembro del partido conservador, que la Reacción y la Humanidad
no están en contradicción irreconciliable”
Joseph Roth es uno de los mejores escritores
de la primera mitad del siglo XX (Brody
1894. París 1939) Tuvo una existencia atormentada, plagada de conflictos.
Huyó de Alemania cuando Hitler llegó al gobierno. Nunca encontró la paz, cayó
en el alcoholismo. Su vida fue como lo dice el titulo de esta novela “Una fuga sin fin”.
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