domingo, 10 de febrero de 2013

POR QUÉ FRACASAN O AVANZAN LOS PAISES


La respuesta a esta pregunta es la clave para comprender las causas de la desigualdad de los pueblos ¿Por qué unos países viven en la abundancia, mientras otros padecen pobreza e incluso hambre? Los notables economistas Daron Acemoglu, profesor de economía del instituto de Massachusetts y James A. Robinson, politólogo y economista de la Universidad de Harvard y coautores del libro Los Orígenes de las dictaduras y las democracias, galardonado con premios internacionales, se enfrentan a esclarecer este problema decisivo del cual dependen la prosperidad y la pobreza del mundo. Desde luego que las soluciones propuestas son diversas y discutibles, principalmente la más importante mencionada por estos autores que Francis Fukuyama sintetiza así: “la política se convierte en las instituciones que nacen de ella” en instrumento creador, el motor y la fuerza que conforma el pasado y el porvenir de las culturas y las civilizaciones, lo que no deja de sorprender por la sencillez y claridad de la respuesta. Este es un estudio elaborado con un profundo conocimiento de la economía y la historia política. En mi opinión su mérito no es tanto por la trascendencia de la respuesta como por la enorme cantidad de los datos y conocimientos aportados a este debate fascinante.
No es “La lucha de clases” como diría Carlos Marx si no el Poder, el hacedor de la historia humana inspirada en la idea de la “Voluntad de poder” de Federico Nietzsche, tesis que se extenderá a todo lo largo de los siglos XIX y XX.
Según los autores mencionados la causa del atraso de los países se debe a que el poder político se ha concentrado en pocas manos y estas mismas han utilizado ese poder para enriquecerse. Un ejemplo que resaltan los autores es que países como Corea del Norte, Sierra Leona o Zimbahue son pobres por esta razón a diferencia de países como Gran Bretaña y Estados Unidos que lograron derrotar a esas elites y que aprovecharon las oportunidades económicas. En una palabra, los países prósperos lograron transformar la política y desde luego le economía del país, esos pueblos alcanzaron más derechos políticos que otros, lo que los condujo a una revolución industrial, con la ayuda de la tecnología.
Se requiere la existencia de un régimen democrático a través de la participación del pueblo en los gobiernos y por consiguiente de la libertad y la competencia que abrieron el camino del desarrollo económico y político. Cuando concurren las condiciones democráticas se convierten los nuevos países en economías pujantes, caso contrario al de América Latina quien en dicha búsqueda lo que ha conseguido es transformarse en uno de los continentes más desiguales del mundo, impidiendo de paso su avance económico, cultural y político. Según lo expuesto sobre la prosperidad de los países fue la libre iniciativa y la propiedad privada los que impulsaron la transformación revolucionaria de los mismos y de sus estructuras sociales, públicas y privadas.
En síntesis podemos afirmar que las instituciones políticas deciden en gran medida quienes tienen el poder en la sociedad y que hacen con ese poder. El desarrollo es producto del pluralismo político y de la variedad de sectores sociales que influyen en este.

1 comentario:

  1. Pareciera que "las instituciones políticas" tal como se entienden aca, son ahora "el nuevo demiurgo", o el "nuevo becerro de oro" que determinara el todo social, donde las personas o el individuo los viven también como "la fatalidad de la vida moderna"...¿Se trata acaso de nuevo de "la historia sin sujeto"?

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