miércoles, 19 de septiembre de 2012

Literatura sobre la decadencia


Durante varios años quise leer a Roberto Bolaño ( 1953 – 2003 ) hasta que por fin lo hice con uno de sus libros de relatos Putas asesinas ( Anagrama. Barcelona 2011 ). Se trata de un escritor chileno que según algunos críticos inicia una nueva etapa del boom literario latinoamericano. Mi reticencia a leerlo se debía a que tenía la impresión de que no me iba gustar, pues, probablemente , resultaría diferente a mi gusto de lector que se inclina por un estilo convencional o clásico, por ejemplo el de los pocos premios Nobel de nuestro continente, como García Márquez, Octavio Paz, Miguel Angel Asturias, Vargas Llosa, Gabriela Mistral, Neruda, y otros, que son tan buenos o más que los nombrados, Borges, Amado, Sábato, Carpentier, etc.


“Bolaño me pareció un joven escritor de mirada extraña, de frases ariscas, marcadas por la ironía, el humor, el sexo, la soledad, la melancolía”.


Pues bien, Bolaño me pareció un joven escritor de mirada extraña, de frases ariscas, marcadas por la ironía, el humor, el sexo, la soledad, la melancolía. En su corta vida recibió varios premios, entre ellos, el Rómulo Gallegos, el Herralde de Novela . Sus novelas más famosas son Los detectives Salvajes y su obra póstuma 2666.

Las “Putas Asesinas” incluye 13 relatos, pues no alcanzan la estatura de cuentos. Los cuentos son pequeñas obras maestras, con un comienzo y un final y sobre todo, un contenido coherente capaz de darnos una idea completa, de mostrarnos un pedazo del mundo.

El primer relato “El Ojo Silva” comienza con este párrafo: “Lo que son las cosas. Mauricio Silva, siempre intentó escapar a la violencia aun a riesgo de ser considerado un cobarde, pero de la violencia, de la verdadera violencia, no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en Latinoamérica en la década de los 50, los que rondábamos los 20 años cuando murió Salvador Allende”.

Algunos de los relatos no dicen mayor cosa, quizá en esto consista su interés. Calor, o viento en el desierto de México, olas a la orilla del mar .Gente que bebe tequila y come pollo asado, mujeres solitarias sentadas en la terraza de un hotel de mínimas estrellas.

El relato más excitante es el que lleva el título de la novela: Veamos algunas frases: “Así, pues, me quito la ropa, me quito las bragas, me quito el sujetador…Todos vosotros sois jóvenes, todos ofrecéis a la noche vuestros himnos, algunos, los que encabezan las marchas, enarbolan banderas…Vuestro baile es como un relámpago en una noche de primavera”.

A los colombianos el relato que más nos llama la atención es “Prefiguración de Lalocura”, porque ocurre en Medellín en medio de putas, películas porno y desde luego, no podía faltar la droga y los narcotraficantes. “A los narcotraficantes los respetaba, al fin y al cabo eran los del dinero y Bittich como buen europeo, respetaba el dinero, un punto de referencia en medio del caos. Pero los militares y policías corruptos, qué debió pensar de ellos, él que era alemán y que leía libros de historia. Monos con uniformes de las SS, ni más ni menos.

Hay páginas que rayan con lo pornográfico, sacadas de la vida misma, que bien vistas no podemos declararlas simplemente morbosas. En ellas está, también, México, Colombia, Chile, Europa, la India, el ser humano con sus apetitos, su miseria, su hambre y su dolor, en medio de sus orgías y placeres extraviados.

Excepcionalmente termina con un tierno y poético recuerdo de la madre. “Mi madre nos leía en Quilpué un único libró, Veinte poemas de amor y una canción desesperada. En la portada un dibujo de Neruda… En la segunda página está escrito el nombre de mi madre”. Desde entonces ese libro ha recorrido un largo camino.

Como pueden observar los lectores, se trata de un estilo irreverente, satírico, que muestra aspectos descompuestos, principalmente, de las sociedades latinoamericanas. Y que no aspira a re-estructurarlas, a mejorarlas, a salvarlas del mal. En cierta manera, se trata de una literatura de la decadencia.

martes, 4 de septiembre de 2012

“Fuga sin fin”

Esta es la historia del teniente Franz Tunda, quien cayó prisionero de las tropas rusas en agosto de 1916, es decir, durante la Primera Guerra Mundial. Tunda era un oficial del ejército austro-húngaro que se enfrentaba entonces a las tropas del Zar. Una de las potencias más reaccionarias de Europa, destinada a mantener al continente en orden, a impedir el avance de la Revolución, a sostener en el poder a las cabezas coronadas de rancias aristocracias .El campo de prisioneros estaba situado a pocas verstas al noroeste e Irkutsk. En 1919 logró escapar  a una granja “solitaria y triste” donde residía un ex -prisionero polaco, en el umbral de la taiga. Tunda no temía que lo persiguieran, pues él también  hijo de polaca y de un comandante austriaco, le quedaba fácil hacerse pasar por hermano del granjero y tomar su apellido.


"Joseph Roth es uno de los mejores escritores de la primera mitad del siglo XX (Brody  1894. París 1939) Tuvo una existencia atormentada, plagada de conflictos."


Un día inesperado llegó un cazador de pieles y contó que todo había terminado. Les dijo: “Ha llegado la paz y la Revolución”. Y por casi toda Europa comenzaron los presos a andar en sentido inverso: regresar a sus países de origen, sin un peso en el bolsillo, caminando al lado de gente desconocida, otros idiomas, etnias, soledad, recuerdos, deseo de rencontrarse con personas que alguna vez amaron y quizá con  hijos que ya serían irreconocibles.

Tunda alcanzó a ver por casualidad el triunfo de la revolución bolchevique y presenciar los primeros días de júbilo y de esperanzas Todo cambió en medio de un gran desorden. Cada cual perdió su anterior identidad de obrero, de campesino, de empleado o de dirigente,  para tomar la de “camarada”. Esta palabra los cubrió a todos de un día para otro, los hermanó en un objetivo común: el de cambiar el mundo. Por algún tiempo las cosas, los sentimientos, se tornaron frágiles, también los bienes, los matrimonios, las religiones, los ritos de la vida y de los cementerios, la idea misma de la muerte. Y desde luego llegaron los amores contingentes, las muchachas bellas y silenciosas de  diferentes países de la inmensa Rusia, que se convirtió en la Unión Soviética.

El ex-oficial austríaco  no simpatizó con la Revolución. La ve insípida y tonta, vacía, sin una fuerza  verdadera y profunda. Cuando está en Moscú, en las noches, va a la Plaza Roja, frente al Mausoleo de Lenin. “Este era el único lugar donde se sentía la Revolución”. En Bakú le gusta ver el arribo y marcha de los  pocos barcos que navegan en su pequeño mar Caspio  y a soñar en largos viajes hacia Occidente,   a los puertos de Italia, a las estaciones de trenes  que parten  a las ciudades opulentas, a las  calles de Viena, de Berlín, de París.

Finalmente Tunda inicia el regreso a su patria y piensa en Irene la muchacha de alta clase social con quien  se había comprometido antes de marchar al frente de guerra. ¿Qué será de ella, lo espera o se ha casado?Tunda se re-encuentra con su familia , una familia burguesa, en que algunos hermanos o tíos tiene dinero, mientras otros están pobres, unos trabajan y otros viven de sus rentas, unos se quieren y otros se odian.

El  escritor Joseph Roth, autor  de la novela que estamos relatando Fuga sin fin  (Barcelona 2003 Acantilado) utiliza la segunda parte para describir la sociedad capitalista europea con sus resplandores y sombras. Por ejemplo un rico terrateniente razona de esta manera: “La sensibilidad social es un lujo que se pueden permitir los ricos, y que,  además,   tiene la ventaja práctica de que ayuda a conservar la propiedad… era un caballero de buena cepa, un baluarte viviente contra el socialismo,  muy admirado y que cuando fue elegido para el  Reichstag, demostró como miembro del partido conservador, que la Reacción y la Humanidad no están en  contradicción  irreconciliable

 Joseph Roth es uno de los mejores escritores de la primera mitad del siglo XX (Brody  1894. París 1939) Tuvo una existencia atormentada, plagada de conflictos. Huyó de Alemania cuando Hitler llegó al gobierno. Nunca encontró la paz, cayó en el alcoholismo. Su vida fue como lo dice el titulo de esta novela  “Una fuga sin fin”.

martes, 21 de agosto de 2012

El diálogo es propio de la especie humana


Después de Martín Heidegger, Hans-Georg Gadamer, es quizá el mayor filósofo alemán del siglo XX.. Su libro Verdad y método ( 1960 ) puede ponerse al lado de Ser y tiempo ( 1927 ) de Heidegger. Gadamer vivió todo el siglo pasado, de punta a punta ( 1900 – 2000 ), es decir, un poco más de cien años En esta columna nos referiremos a uno de sus libros secundarios, que no pertenece a sus obras completas: Acotaciones hermenéuticas (Editorial Trotta, Tubingen, 2000). Contiene 22 trabajos, que incluyen conferencias y artículos que no aparecen en sus libros principales: aunque con iguales temas, como la hermenéutica, historia de la filosofía, del arte y "glosas" sobre diversos asuntos.

"El diálogo es propio de la especie humana: el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad inicial propia del hombre, sino el medio en que vivimos desde el principio como seres sociales"


Fue alumno de Heidegger ( en 1929 ), el más influyente filósofo de su época. Luego rector de la Universidad de Leipzing, durante la RDA ( la República Democrática Alemana) , en reconocimiento a su posición política antinazi.. Se trasladó a la República Federal de Alemania, donde sucedió a Jaspers en la Universidad de Heidelberg. El mayor aporte de Gadamer lo hizo en la filosofía hermenéutica, sobre la importancia del diálogo entre los hombres, en su vida y su historia.
Gadamer comienza su libro recordándonos que el lenguaje ha conquistado una posición central en la filosofía, entre otras razones por la importancia que ha tomado “la vida práctica “ y la influencia de ciertas corrientes del pensamiento como la fenomenología y el empirismo inglés. El lenguaje se ha convertido en un tema de la reflexión “inextricablemente unido al mundo de la vida humana”. En este contexto el lenguaje ya no es una mera herramienta o una capacidad inicial propia del hombre, sino “el medio en que vivimos desde el principio como seres sociales y que sostiene el todo en el que nos introducimos a vivir” y añade una afirmación sorprendente: cuando hablan dos interlocutores no solo circunscriben “la cosa” al dirigirse el uno al otro, sino que se hacen lenguaje. Es decir, que crean algo nuevo tomado de la unidad de la práctica y la razón. El lenguaje no solo trasmite una información, una experiencia, un concepto, sino que articula el mundo. Sin embargo, el diálogo se basa en una estructura prelingüistica que observamos, por ejemplo, en el entendimiento sin palabras entre la madre y el hijo, en los años en que se aprende a hablar y hacen capaz al hombre de domiciliarse en el mundo...
El encuentro y por consiguiente el diálogo nos lleva a la amistad. El rompimiento del diálogo conduce al enfrentamiento, a la violencia e incluso a la muerte en el combate. La conversación es el comienzo de la paz. Oponerse al diálogo puede conducir a apoyar la guerra. Resulta obvio decir que países como el nuestro, tantos años sumido en la guerra fratricida, necesita vivir en paz para resolver sus problemas fundamentales, la salud, la pobreza, el desarrollo económico, la cultura y la libertad...


lunes, 6 de agosto de 2012

Fichte, descubridor de la subjetividad ( XXVI )


El filósofo Peter Sloterdijk (1947) inicia un breve ensayo (Temperamentos filosóficos.Siruela. 20ll ) sobre Johann Gottlieb Fichte con esta inquietante frase : “La filosofía es una empresa estéril si no se acompaña de un despertar de la totalidad del ser humano”. Sloterdijk condensa así la tarea filosófica de Fichte y agrega que entre los filósofos de la Edad Moderna – a excepción de Martín Heidegger – ninguno ha enseñado esa visión con tanto ímpetu y con principios tan profundos. Logra producir un cambio brusco, transformador en tu vida, al deshacerte de la creencia en el predominio de los objetos que están “enfrente y fuera de él”, sustentado en la idea moderna de Libertad, convirtiéndose Fichte en maestro del idealismo en la época burguesa De esta manera encuentra y profundiza en la nueva doctrina de la subjetividad que todo lo transforma.
Subjetividad implica decisión, acción, lucha, incluso enfrentamiento, como lo demuestra Fichte con la fuerza de su discurso ante las tropas francesas de ocupación, al pronunciar en Berlín sus Discursos a la nación alemana, poniendo en peligro su propia vida. El ensayista afirma que si “Bonaparte había aparecido en el escenario mundial como fundador de un imperio burgués, Fichte fundó en cambio su mundo intelectual sobre el escenario de las ideas.”
Fichte comienza, pues, su doctrina destacando la existencia en el hombre de una poderosa intuición intelectual, del yo, que hace de él un ser activo, creador, productor, que inevitablemente lo enfrenta al no yo, es decir, al objeto. Pero su concepción de la acción y de la práctica no es materialista, sino idealista. No obstante hace una clara diferenciación entre las dos posiciones fundamentales de la filosofía:. El materialista va del ser a la conciencia, mientras el idealista tiene el punto de vista opuesto: o sea que parte de la conciencia al ser.
¿De donde surge ese poder de la existencia humana? de lo absoluto. El yo es el principio absoluto, de lo cual se deriva el sí mismo y el contenido del universo, representándoselo como un producto, concepción que es compartida por los pensadores que conforman la filosofía clásica alemana. A pesar de su idealismo, Fichte le da primacía a la práctica sobre la razón teórica, lo que lo lleva en un comienzo a simpatizar con la Revolución Francesa. Critica el régimen feudal de la Alemania de su tiempo, el atraso político de la burguesía y al mismo tiempo lucha por la unidad nacional . Estas y otras posiciones le imponen como tema principal proclamar a la ciencia como “la ciencia de las ciencias” y a la filosofía como el fundamento de todo saber, de la cual se pueden deducir los principios fundamentales de las ciencias especiales. En la segunda parte de su filosofía Fichte se torna muy abstracto y difícil, hasta el punto que se siente obligado a escribir un libro para explicarla al amplio público.
Fichte nació en 1762 en el seno de una familia campesina. Afortunadamente logró estudiar y en 1794 ocupa la cátedra de filosofía en la Universidad de Jena, hasta 1799 cuando es expulsado de ella, acusado de ateísmo, no antes de formular la tesis de la primacía del pueblo sobre el Estado. En 1813 se hace soldado en la guerra contra Napoleón y muere al año siguiente en un hospital militar.

lunes, 23 de julio de 2012

George Steiner visto por él mismo


George Steiner es uno de los intelectuales más famosos y leídos de la actualidad. Nació en París (1929). Pero no es francés aunque ésta sea su lengua nativa. Habla, también, alemán, inglés, italiano, en una palabra, es políglota. Estudió y obtuvo la nacionalidad estadounidense. Profesor de las universidades de Stanford, Nueva York y Princeton, aunque su carrera académica se ha desarrollado principalmente en Ginebra. Ha escrito varios libros dedicados a los problemas centrales de la cultura. Entre ellos, Después de Babel, Antígonas , La muerte de la tragedia. Publica en los periódicos más influyentes de Europa y América.

Steiner nos da la oportunidad de conocer la trayectoria de su vida y trabajo intelectual en un libro reciente Los logócratas.( Ediciones Siruela . España.20ll ), a través de algunos de sus más brillantes ensayos y entrevistas, incluyendo un relato de ficción, “A las 5 de la tarde”, que de ficción tiene poco, pues es la descripción de la terrible violencia mafiosa en Medellín, Colombia. La obra se inicia con un ensayo filosófico sobre De Maistre, Heidegger y Boutang, este último bastante desconocido, entre otras razones, por su contenido esotérico y misterioso.

Se ocupa de Walter Bejamin uno de los filósofos marxistas menos leído por sus correligionarios. Una mezcla de marxismo y de judaísmo, de materialismo e idealismo. Perteneció a la Escuela de Frankfurt, discípulo de Adorno. Y cuya muerte trágica en Port Bou, la frontera entre Francia y España, nos conmueve a todos. Se suicida la víspera de intentar atravesar los Pirineos, huyendo de la Gestapo, que lo perseguía por ser judío y comunista. Benjamin afirmaba que la secularización del judaísmo se había logrado en la modernidad a través de Marx, Freud y Einstein. Pero también por el patrimonio de una burguesía alemana emancipada para la cual Goethe significaba la esperanza humanista europea. El lado materialista de Benjamin lo lleva a acuñar el aforismo : “Mientras haya mendigos, habrá mitología”
Las concepciones filosóficas y políticas de Benjamin son ejemplo de la variedad de posiciones ideológicas que dan origen a diversas corrientes del marxismo, después de la muerte de los fundadores del movimiento comunista, a partir de 1848. Diversidad que se ha acentuado en los tiempos actuales, con múltiples actitudes revisionistas, que si bien en algunos casos pueden desvirtuar tesis básicas de dicha doctrina, en otras la enriquecen y ponen al día.

Esta obra de Steiner contiene algunos ensayos sobre el Libro, como “Los que queman libros…” “El pueblo del libro”, “Los disidentes del libro”, que destacan su importancia a lo largo de los siglos, desde las tablillas de los sumerios hasta la etapa electrónica que vivimos. Anota que cada vez se leen más libros on line. Ochenta millones de volúmenes de la Biblioteca del Congreso, en Washington, están disponibles solamente por medios electrónicos. Nadie por bien informado que esté, puede predecir lo que sucederá con el concepto mismo de autor, de textualidad, de lectura personal.

Steiner que es judío, reconoce que pertenece a uno de los pueblos del libro. Bella y certeramente escribe: “Nuestra verdadera patria no es un trozo de tierra rodeado de alambradas o defendido por el derecho de las armas; toda tierra de este género es perecedera y precisa de la injusticia para sobrevivir. NUESTRA VERDADERA PATRIA ha sido siempre, es y será siempre un texto, (se refiere al Torá). Destaca la fuerza y el poder del libro; por ello los déspotas no gustan de ellos. Sin embargo, no debemos olvidar que el libro, en última instancia, en su esencia, es también un artificio, creado con los sueños y realidades de los hombres.

martes, 10 de julio de 2012

Retratos a distancia

A pocos kilómetros de la ciudad de Washington D.C está “Mount Vernon”, la hacienda de George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos de América. En una colina que domina el espacio se encuentra la Mansión principal, convertida hoy en museo, rodeada de jardines; pequeñas casitas, residencias de los trabajadores administrativos y esclavos de la época. Establos de caballos y ganado, graneros, casa de carruajes, destilería de vinos y whiskey, cementerio de esclavos, todo esto en medio de un hermoso bosque a las orillas del Potomac. En su seno está la antigua tumba de George Washington y la nueva, que sorprende por su sencillez y modestia. Murió en su habitación el 14 de diciembre de 1799.


Coincidencialmente con mi visita al museo, terminé de leer un interesante libro del alemán Claus Offe, doctor en Sociología (1968), colaborador de J. Habermas en el Instituto de Investigación Social de Frankfurt, Autorretrato a distancia (Katz Editores. Buenos Aires. 2006). Se trata de la visión que tuvieron los filósofos de la política y sociólogos Tocqueville, Weber y Adorno, de los Estados Unidos, después de sus respectivos viajes a ese país, en épocas y por periodos de tiempo diferentes.

Alexis Tocqueville, aristócrata francés, en misión oficial de información y estudio durante nueve meses, escribió en el año de 1831 y 1832; Max Weber en 1904 y Theodoro Adorno de 1938 a 1949, es decir, retratos ejecutados en un plazo de ciento veinte años.

Si bien el tema principal del libro son los EE.UU, va más allá al extenderlo “al destino precario de la libertad en las sociedades capitalistas modernas” (Offe). En Max Weber la breve experiencia norteamericana fue decisiva para afirmar su tesis referente al destacado rol que ejercen las sectas religiosas en la formación del capitalismo. En cuanto a la prolongada estadía de Theodoro Adorno, intelectual de la burguesía alemana ilustrada, judío, que se vio obligado a huir de su país por la persecución del nacional socialismo, expresó en sus libros, ensayos y conferencias una posición ambivalente, primero negativa y finalmente favorable sobre la sociedad norteamericana.

Los tres pensadores tratan de aclarar cuán importante ha sido para el pueblo y las instituciones norteamericanas el logro de la libertad y la igualdad y hasta donde sus costumbres y prácticas han influido en su política exterior. Tocqueville, cuya familia fue afectada por la Revolución Francesa de 1789, creció en una época post revolucionaria, con la convicción de que la gran tendencia de la historia universal de los últimos siglos, “consiste en la paulatina nivelación de las desigualdades de nacimiento de las sociedades estratificadas”. Y hace la afirmación en su libro La Democracia en América, que la democracia norteamericana no es resultado de un proyecto revolucionario sino de la carencia de un orden político hereditario.

En su famoso libro que hemos mencionado atrás intenta responder a la pregunta: ¿Cómo un orden social basado en la libertad igualitaria de las personas, logra producir prosperidad y estabilidad en los EE.UU, mientras que en Europa los primeros pasos hacia un orden semejante desemboca en conflictos bélicos y guerras civiles, retrocesos reaccionarios, así como en el permanente temor al alzamiento revolucionario de las masas populares? ¿Cuáles son los factores que conducen a su fracaso?

Otro tema fundamental del libro de Offe es averiguar la posición de Tocqueville, Weber y Adorno sobre lo siguiente: ¿EE.UU se europeíza o Europa se americaniza? ¿Cuál es el futuro de los dos continentes? Esta discusión se plantea a partir de la afirmación que hace Hegel en su libro Lecciones de Historia de la Filosofía (escrito en la primera mitad del siglo XIX) según la cual América no había entrado en la historia universal, proclamando el eurocentrismo que se extendería, desde entonces, a las ciencias sociales y que todavía permanece en ellas.

En síntesis los tres autores mencionados reconocen la existencia de la democracia en América, sin negar sus falencias como la extrema búsqueda de la ganancia, haciendo de Norteamérica una sociedad exageradamente “materialista”, dejando las ideas en un segundo plano, salvo en el campo religioso. Rechazan la “industria cultural” que domina todos los sectores de la “cultura”, en todo caso reconocen cualidades excepcionales de los EE.UU, como su extensión, sus riquezas naturales, su libre régimen político (aunque reclaman la existencia de verdaderos partidos políticos e incluso de clase), excepcionalidad que lleva a sus gobiernos a considerarse destinados a mantener el orden económico y político mundial. El último capítulo lo dedica Claus Offe a criticar fuertemente la política exterior de los EE.UU y su aspiración a dominar el mundo.

lunes, 25 de junio de 2012

Los años a la par de las estaciones


Hace algunos años leí la trilogía novelística sobre Nueva York del escritor Paul Auster. A mi manera de ver, un buen escritor, pero no un gran escritor. Intentaba una técnica literaria original, que a ratos distraía, pero su prosa no me pareció sobresaliente. Sin embargo, atraído por la propaganda y las notas de algunos críticos, compré y leí su última obra Diario de invierno ( Anagrama. Barcelona. 2012 ). Como su título lo sugiere, se trata de un diario que se convierte en autobiografía. Este libro me gusta más que los anteriores.

La primera anotación la hace el autor sobre algo que le ocurre al personaje que, sin duda, no es otro que el mismo. Cuando éste tiene seis años. Se despierta y se dirige con los pies desnudos a la ventana en una mañana en que cae la nieve, que ya comienza a poner blancas las ramas de los árboles frente a la ventana de la casa.

“En cierta manera el tema de la autobiografía resulta ser no tanto la vida sino la preparación para la muerte.”


El invierno es el final de las estaciones. Los pies desnudos es el comienzo de la vida y la casa, el lugar en que vivirá hasta el final de sus días. Esos días se sucederán como las lluvias, las hojas secas del otoño, o los copos de nieve. Igualmente las habitaciones, los edificios o las casas del campo o de las grandes ciudades. Una característica de esta novela es que a la par que se señalan los años del personaje, describe los lugares donde el escritor vive, o mejor, escribe, pues ésta es su pasión, incluso algo más, su necesidad para existir.

En cierta manera el tema de la autobiografía resulta ser no tanto la vida sino la preparación para la muerte. Sabemos que estamos vivos, pero que, quizá, de repente, o tras una larga agonía, nos hundiremos en la nada. Desde luego que la cuestión no surge en todas las páginas, pero lo presentimos.
 
Auster nos prepara para aceptar el final, Sobre todo con los relatos breves de la muerte del padre, primero y luego de su madre. Sobre todo cuando cuenta el accidente automovilístico que lo lleva a él, a su esposa y a su hija, a pocos metros de la muerte. Luego con sus reflexiones sobre el infarto cardiaco que sufre a los 50 años, que lo derrumba en medio del dolor y en la soledad del cuarto. Sin embargo, no vienen acompañadas del temor a morir. Al contrario, se siente tranquilo y piensa rápidamente que quizá la muerte no es tan mala como creíamos. Descubre que “cuando a una persona le llega el momento de morir su ser se muda a otra zona de la conciencia donde es capaz de aceptarla”. Luego cambia de opinión cuando aullaste de terror, tirado en el suelo, porque la muerte estaba dentro de ti y no querías morir. Su entusiasmo por el béisbol a los siete años se convirtió para él “en la cima de la felicidad, lo más grande que podías hacer con tu cuerpo”.

Después vendrá el momento más complejo de su vida, el despertar de su sexua-lidad y la de toda su generación. El constreñimiento en el hogar y sobre todo en la universidad, en una época muy conservadora en la política y en las costumbres de los Estados Unidos, luego vendrán las relaciones de chicos y chicas que se convertirán en el libertinaje del sexo, las drogas y el alcohol. Sus primeras excursiones en busca de las putas. Del amor-dinero, pasando por la ardorosa masturbación de adolescentes. Varios son los episodios que conocemos al respecto, unos alegres, otros, sombríos. En lugares sórdidos o hermosos, como en las orillas del Sena, en la ciudad de la Luz y del amor. Y todo esto en medio de los fracasos matrimoniales, el nacimiento de los hijos, etc.

Vale la pena mencionar a Sandra, de “cuerpo majestuoso”, la prostituta inolvidable: hizo de cada encuentro unas horas de ternura, de cariño, de entrega. Capaz de acompañar al periodista, al escritor, al profesor, a recitar en la cama los versos de Baudelaire. “Fue uno de los momentos más extraordinarios de mi vida, de los más felices, e incluso seguiste pensando en Sandra cuando regresaste a Nueva York.”

¿Lo que nos dice Auster es lo mismo de siempre? Creemos encontrar en su relato no otras verdades pero sí un acento distinto, otro ritmo, otro eco de la misma angustia, otra sed, otra memoria, un tiempo impulsado por el viento de los años vividos.

domingo, 17 de junio de 2012

El universo de Kant (XXV)


Pocos filósofos – aunque es una cualidad de la filosofía – han abarcado tanto horizonte como Manuel Kant. Su mirada logró envolver el espacio cósmico y encontrar en este las claves de su formación y desarrollo. Apoyándose en los descubrimientos matemáticos y físicos de Newton y Laplace, Kant afirma que los astros y las estrellas que pueblan el universo no son creación directa de Dios, sino derivados de nebulosas incandescentes que se transformaron  en masas sólidas o gaseosas que giran por el espacio.  En uno de los planetas ha surgido y habitado una extraña y hasta ahora única especie de seres inteligentes, llamada humana.


“La segunda parte de la filosofía de Kant es la más celebrada y reconocida por los filósofos idealistas, pues su tema principal es el de la moral y la ética.” 


Esta preocupación convierte a Kant, en la primera etapa de su pensamiento, en un estudioso e investigador de las ciencias naturales .Por ese entonces comienzan a aparecer  ciencias especializadas, como la geología, la embriología, la fisiología vegetal y animal, la química inorgánica y orgánica, hasta llegar hoy a la física atómica, que significa un avance enorme en el conocimiento de la materia. En este período Kant escribe uno de sus primeros libros, Historia natural universal y teoría del cielo ( l755), dedicado al estudio del sistema  solar. Dando comienzo con él a la historia de la Tierra. Presenta las primeras hipótesis sobre el origen de las mareas  y la velocidad diaria de la Tierra en el espacio, fundamentando algunas de las tesis de Copérnico y Galileo En antropología expone la  idea de la historia natural de las razas. Engels anota que por primera vez Kant hizo temblar la tesis de que no existía historia alguna de la naturaleza.

En la filosofía de entonces (no solo la kantiana), predominaba la afirmación  de que las leyes mecánicas regían la materia y que lo existente tenia una sola causa, Dios.

La segunda parte de la filosofía de Kant es la más celebrada y reconocida por los filósofos idealistas, pues su tema principal es el de la moral y la ética. Con  sus trabajos sobre la Crítica: La crítica de la Razón pura, La crítica de la razón práctica y La Critica del juicio,  pasó a la historia del pensamiento humano.

 Kant entra al terreno del agnosticismo al distinguir “la cosa en sí”, del simple “fenómeno”. Es decir, que no podemos tener un conocimiento teórico de “las cosas en sí”, pues son cognoscibles solo los “fenómenos”. El pensamiento del filósofo de Königsberg es extraordinariamente rico y diverso y uno de los más profundos. Su análisis sobre los juicios distingue los juicios analíticos, de los sintéticos y  descubre los juicios sintéticos a priori, una síntesis de los anteriores. Muestra la existencia  en el hombre de tres facultades cognoscitivas fundamentales: la sensibilidad, el entendimiento y la razón.  O sea la facultad de sensación; el entendimiento, la facultad de conceptos y juicios; la razón, la facultad del pensar especulativo que se eleva hasta las ideas, que son conceptos de la razón sobre la unidad  absoluta de la condición de todos los fenómenos. Los juicios sintéticos a priori son posibles en la ciencia natural gracias a las categorías, conceptos del entendimiento independientes de la experiencia.

No tenemos espacio para referirnos  a otros aspectos de su mente prodigiosa, ni  a su espíritu al servicio del hombre libre. El mismo hizo de sí un retrato magistral, que citaremos a continuación : “Yo soy un investigador vocacional. Siento en mí la sed por conocerlo todo y la inquietud por extender mi saber, así como la satisfacción que me produce cada nuevo descubrimiento. Hubo un tiempo en el cual creía que solo esto podía dignificar a la humanidad y menospreciaba por ello al  vulgo ignorante. Rousseau fue quien me desengañó. Aquella deslumbrante superioridad se desvaneció y aprendí a honrar al ser humano. Ahora me consideraría el más inútil de los trabajadores, si no creyera que  mi tarea reflexiva puede proporcionar a los demás algún valor, cual es el establecer los derechos de la humanidad”.

martes, 12 de junio de 2012

La era de Kant ( XXIV )


En la Alemania del siglo XVIII, descrita en artículo anterior, nace en la ciudad de Königsberg, en 1724, uno de los pensadores que deslumbrará la historia de la filosofía mundial : Inmanuel Kant, en una familia de artesanos. Murió en la misma ciudad donde nació en 1804.,sin salir de ella.. Fue profesor universitario toda su vida y estudió y enseñó numerosas materias, entre ellas teología, lógica, cosmología y otras ciencias naturales. Hegel, quien es el autor que nos acompaña en la elaboración de estos apuntes, hace un chiste que se puede aplicar a Kant: “tenemos los alemanes toda clase de rumores dentro y fuera de la cabeza, pero preferimos meditar con el gorro de dormir puesto”.


“La filosofía de Kant ha sido llamada la filosofía crítica, por cuanto se propone ser una crítica de la facultad de conocimiento, pues antes del conocimiento es necesario investigar la capacidad para conocer”.


Kant inicia una nueva etapa de la filosofía europea, la filosofía clásica alemana, en unión de los filósofos Fichte, Schelling y Hegel. El aporte de este tramo de la filosofía fue la elaboración de las leyes de la dialéctica idealista, considerada como la teoría del desarrollo y del cambio permanente del mundo y del universo.

La característica que define la filosofa kantiana “es que pone la conciencia del pensamiento en su subjetividad: es decir, de una parte, contra la objetividad; de otra parte, como la finitud y el desarrollo progresivo de determinaciones finitas”, deice Hegel. Kant destaca la libertad del sujeto, postula que el contenido mismo del pensamiento sea la idea, concebida como unidad del concepto y la realidad. Que el pensamiento puede llegar por la vía del razonamiento a concebirse no como algo contingente, sino como algo absoluto de suyo.

Dios para Kant no puede encontrarse en la experiencia: ni en la experiencia exterior, pues podía buscarse a Dios por todo el cielo sin encontrarlo, ni en la experiencia interior, aunque los místicos, los visionarios. pueden descubrir dentro de sí mismos muchas cosas, entre ellas a Dios, es decir, lo infinito. Ve pues a Dios como un postulado de la razón práctica. Lo que hay de verdad en la filosofía kantiana – agrega Hegel – es el reconocimiento de la libertad. Desde luego que ya Rousseau había visto en la libertad lo absoluto. Los franceses ( Rousseau ) conciben este problema desde el punto de visto de la voluntad y Kant más bien desde el teórico.

Kant le dará a la lógica un desarrollo enorme e inesperado, va mucho más allá que Aristóteles. Descubre nuevas categoría y a las antiguas les da mayor profundidad como ocurre con el tiempo y el espacio. La categoría de los conceptos sintéticos a priori tendrá sitio especial en la historia del pensamiento.

La filosofía de Kant ha sido llamada la filosofía crítica, por cuanto se propone ser una crítica de la facultad de conocimiento, pues antes del conocimiento es necesario investigar la capacidad para conocer. Lo que parece de simple sentido común, como muchas otras grandes ideas de la filosofía, constituyó un verdadero hallazgo para Kant. Según esto el conocimiento es presentado como un instrumento, como una manera de apoderarnos de la verdad. Se debe averiguar previamente si el pensamiento es capaz de dar lo que se exige de él. Hegel lo explica así: debemos conocer la facultad cognoscitiva antes de conocer. No es posible apoderarnos de la verdad antes de la verdad misma. Es un paso grande e importante el que da Kant al someter a investigación el conocimiento.

Hegel considera que la filosofía kantiana “es teóricamente la Ilustración en el plano metódico, basada en la tesis de que el hombre no puede conocer ninguna verdad, sino solamente los fenómenos, siguiendo las huellas de Locke y de Hume; hace penetrar la ciencia en la conciencia, con ayuda de las categorías que denotan la actividad sintetizadora del pensamiento. ( continuará ).

martes, 15 de mayo de 2012

Metamorfosis de una palabra


El mundo ha cambiado mucho. Más de lo que creemos. Y no se tratan de cambios pasajeros o poco profundos, sino medulares, que tienen que ver con su pasado y su porvenir, su estructura y su esencia.

Son numerosos los escritores, poetas, sociólogos, filósofos, que escrutan el porvenir, el camino y el tránsito de nuestro tiempo. Algunos ponen estos análisis en la cuenta de las izquierdas, del marxismo, mas la gama de los críticos es mucho más amplia y abarca todos los continentes. Esto indica que nos acercamos a una mutación aún más profunda que modificará radicalmente la organización de la sociedad humana. La sociología y la filosofía, la técnica y la ciencia, se han convertido en disciplinas fundamentales para comprender el mundo y la nueva condición humana de nuestros días.

“La cultura es diversión y lo que no es divertido no es cultura”

Entre los libros que avanzan por estos caminos mencionamos el último de Mario Vargas Llosa La civilización del espectáculo (Alfaguara. Colombia. 2112), autor que ha sido calificado de derecha. Sin embargo en esta obra crítica el sistema capitalista, cuyo progreso moderno, ahora lo sabemos, tiene a menudo un costo destructivo que pagar (…)” y no siempre contribuye a rebajar la pobreza, sino a ampliar el abismo de desigualdades entre países, clases y personas”. En la mayoría de los casos Vargas Llosa toma de otros autores sus argumentos para criticar el capitalismo contemporáneo. Comienza citando al gran poeta T. S. Eliot, al ensayista George Steiner, y sobre todo al filósofo marxista francés Guy Debord, cuyo libro de 1967, La sociedad del espectáculo (Gallimard.París.l992) comenté en esta columna con el título de El espectáculo . Y Una obra reciente La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada (Anagrama. Barcelona. 2010) de los autores Gilles Lipovetsky y Jean Serroy.

El libro del premio Nobel se basa sobre todo en el de Debord, que lleva incluso un título semejante. Solo cambia la palaba sociedad por civilización. La diferencia de contenido entre los dos textos está, según Vargas Llosa, en que el francés de apega al marxismo y “La Civilización del espectáculo está ceñida en cambio al ámbito de la cultura, entendido no como un mero epifenómeno de la vida económica y social, sino como una realidad autónoma, hecha de ideas, valores estéticos y éticos y obras de arte y literarias que interactúan con el resto de la vida social y son a menudo, en lugar de reflejos, fuentes de fenómenos sociales, económicos, políticos e incluso religiosos “(Tesis bastante parecidas a las de Pierre Bourdieu que expuse recientemente en mi columna de este periódico, “El campo literario” , # 343)

El tema principal de Vargas Llosa es el de que la verdadera cultura está desapareciendo, que la palabra que fue la columna vertebral de la conciencia se encuentra, como anota Steiner, “ en retirada”. Ahora la palabra está cada vez más subordinada a la imagen. Y también a la música de las nuevas generaciones, pop, folk o rock, un campo de estridentes vibraciones. “¿Qué efecto podría tener en las intimidades de nuestro cerebro esta musicalización de nuestra cultura?”. Siguiendo a Steiner agrega que el desarrollo de la ciencia ha ido revelando dimensiones insospechadas de la vida humana, del mundo natural, del espacio y creando técnicas capaces de alterar y manipular el cerebro y la conducta del ser humano. 

Apoyándose en Debord, quien desarrolla la tesis de Marx de la alienación, “la ilusión de la mentira convertida en verdad”, como producto de la sociedad capitalista, donde las mercancías son los verdaderos dueños de la vida, “los amos a los que los seres humanos sirven para asegurar la producción que enriquece a los propietarios de las máquinas y las industrias que fabrican aquellas mercancías”. Admite que “El espectáculo – como dice Debord – es la dictadura efectiva de la ilusión en la sociedad moderna”. Lo que trae como consecuencia un empobrecimiento de lo humano. Hemos entrado así en una “genuina cultura de masas”, el Mainstream, de que habla el sociólogo francés Fréderic Martel. Su intención es divertir y dar placer, posibilitar una evasión fácil para todos, sin necesidad de formación alguna, sin referentes culturales.

Vargas Llosa da algunos ejemplos de la “cultura” actual: las telenovelas brasileñas y la películas de Bollywood, los conciertos de Shakira, que no pretenden durar más tiempo que el de su representación. “La cultura es diversión y lo que no es divertido no es cultura”. La palabra cultura se ha transformado en “contra-cultura”.

jueves, 10 de mayo de 2012

Camino de la izquierda colombiana


“Colombia en los últimos 60 años ha tenido guerrillas fuertes y partidos de izquierda débiles, muchos y muy divididos”. Con estas categóricas palabras el historiador Jorge Orlando Melo inició su columna de El Tiempo (Los dilemas de la izquierda ( 28 / 4 / 2012 ). El momento político en que ha sido escrita es oportuno, pues surge cuando asistimos a un nuevo intento de la izquierda de re-estructurar sus fuerzas dispersas y erráticas.

La tesis central del artículo toca el punto decisivo: ¿para avanzar debe abandonar la lucha armada o perseverar en el intento? Si se crean nuevas organizaciones o movimientos que aglutinen los diversos grupos y si se aspira a conformar un partido unido de izquierda, poderoso en número de militantes y claro en sus objetivos inmediatos, debe decidir si transita por una vía desprovista de violencia armada o insistir en ella, para la toma del poder, .l Si retomamos la afirmación de Melo de que la debilidad actual de la izquierda colombiana se debe a que está vinculada a la guerrilla, concluiremos que el camino fructífero es el pacífico, el de las luchas constitucionales y legales.

El historiador nos recuerda la afirmación de Gilberto Vieira en la entrevista que le concedió en l988 a la ideóloga Marta Harnecker: “Reivindicamos como justa la lucha armada y estamos también en la vía que llaman pacífica”. Una clara formulación en favor de la combinación simultánea de la lucha armada y la lucha legal. En mi opinión, 24 años después, los hechos demuestran que era una combinación equivocada de las formas de lucha. Y que es hora de la izquierda de cambiar la estrategia. Buscar la paz, sin que esto signifique una rendición ante el poder gobernante, pero sí el compromiso de las partes de respetar honestamente los acuerdos que se pacten en una negociación.

Hemos sido sorprendidos con la aparición de “La marcha patriótica”. Una enorme manifestación en la Plaza de Bolivar de Bogotá, con gentes venidas de todas las regiones de Colombia y de diversas condiciones sociales y etnias, si bien con objetivos poco claros, salvo la inconformidad social y el anhelo de cambio. Pasará algún tiempo para que podamos conocer el contenido de sus ideales políticos, su equipo dirigente y su verdadera posición frente al problema del conflicto interno que enfrenta a nuestra sociedad desde hace décadas.

Esperamos que la llamada “Marcha Patriótica” contribuya a lograr la paz en Colombia y encauce sus luchas por la vía democrática, pues repetir la trágica experiencia de la “Unión Patriótica”, conduciría a la izquierda a una derrota prolongada.

jueves, 3 de mayo de 2012

El chillido de la tortuga


Somos de Occidente, estamos en el lado opuesto del planeta donde viven los japoneses. Durante siglos hemos sido diferentes. Diferentes geográficamente. Ellos viven en el mar del Japón, asentados en centenares de islas. Nosotros entre dos océanos ( los mayores que existen), aunque en realidad no hay sino un solo océano y un solo mar, ardiente cuando el sol lo toma de frente, frío cuando se acerca a los polos , convertido en miles y miles de toneladas de hielo que ya comienzan a derretirse, una de cuyas últimas hazañas fue derribar el Titanic y sepultarlo en el fondo inescrutable del mar; nuestra tierra, en cambio, amplia, inmensa, fornida, con superficies otrora verdes, a veces más que las aguas marinas, cuando no blanca con pequeños conos de nieve o de torpes arenales que la envuelven con su manto gris y desagradable.

Pero la diferencia geográfica no es la más importante. Somos humanamente distintos. Si los miramos serenamente, poco a poco, comprenderemos que se trata de otro pueblo, de otra manera de vivir, de sufrir, de hacer el amor. Lo ideal sería visitarlos, dada la distancia no es fácil, pero existe un puente para llegar a ellos, a su idiosincrasia. Son las historias que relatan sus libros, sus delicados poemas, la lentitud y al mismo tiempo la fuerza de sus pueblos, que sentimos desde la lejanía.

"Kuwakami es una escritora que describe minuciosamente los utensilios, las comidas, las costumbres, de su nación milenaria, en cortos relatos donde el amor florece como las plantas..."  

Uno de esos libros verdaderos es Abandonarse a la pasión , de la escritora japonesa Hiromi Kawakami ( Barcelona 2011. Acantilado ). Se trata de ocho relatos “ de amor y desamor” ; o mejor, de uno solo, ocho momentos de un solo drama de amor. De amor en ocasiones intenso y violento, en un ámbito para nosotros desconocido y por ello extraño.

“Lluvia fina”, nos coloca en el camino de lo que vendrá. Este breve relato con que se inicia el libro, nos entrega una prosa sencilla y clara, en extremo sugerente, que abre la ventana de nuestra imaginación y de nuestros deseos ocultos. La autora logra combinar lo objetivo con lo que apenas podemos presentir, porque lo adivinamos, aunque no seamos plenamente conscientes de ello. Mezaki y Sakura van por caminos solitarios mientras cae la llovizna, después de comer los platos típicos del lugar y beber varias botellas de sake, el sabroso y fuerte licor japonés. Caminan juntos cogidos de la mano y tropezando sus caderas. Aunque se han encontrado casualmente, sienten la atracción de los sexos. Sakura tiene deseos de orinar, se adentra en un matorral, mientras Mezaki observa interesado los movimientos y ruidos de la amiga. “’¿Te encuentras bien Sakura , sigues ahí?. Sí estoy aquí. Sigo aquí. En cuanto la orina salió toda de golpe el chorro caía encima de las hojas y las mojaba como la lluvia. Te echo de menos, dijo la voz de Makazi. Yo también te echo de menos, incluso ahora. El azul oscuro del cielo se había aclarado un poco más. La lluvia seguía cayendo. Ni más rápida ni más lenta”.

Kuwakami es una escritora que describe minuciosamente los utensilios, las comidas, las costumbres, de su nación milenaria, en cortos relatos donde el amor florece como las plantas de los pequeños jardines de los templos o de los bordes de las avenidas. El amor surge de pronto en las parejas, durante el trabajo, en la oficina, en el autobús. Ciertos amores van adquiriendo una fuerza inmensa, que de caricias delicadas pueden transformarse en fuentes de dolor-placer, que nosotros torpemente llamamos sado-masoquistas. Como ocurre en el cuento “El canto de la tortuga”. Yukio y su amante, que apenas se conocen, resuelven compartir sus vidas en un pequeño apartamento donde tienen una pecera en que habita silenciosa una tortuga que, de repente, lanza un corto chillido, como si fuera consciente de lo que sus amos hacen y quisiera protestar por ello, principalmente cuando Yukio le hace daño a su compañera y esta le responde con ese placer que produce dolor. En ocasiones eran solo palabras de Yukio, no propiamente groserías o insultos pero sí palabras como éstas : “No quiero que me arrastres al agujero donde estás. Yo sabía a que se refería. Si dejaba que lo tocara, Yukio se hundíría conmigo en el lugar de las cosas inciertas e inacabadas. Le abría pegado algo de mí, como si sufriera una enfermedad contagiosa. Pero de pronto se recuperaba y volvía a hacerme el amor brutalmente.”

La tragedia del suicidio se repite en los relatos. En ellos las víctimas se unen a los mitos de sus religiones misteriosas, cuando las almas viven por centenares de años, esperando el rencuentro amoroso. Dos de los más bellos relatos son : “El pavo real” y “El insecto dios”. El insecto de bronce que les ayuda a entender que el cuerpo y la mente son inseparables, una misma cosa.

lunes, 23 de abril de 2012

El campo literario


El surgimiento de un nuevo y potente pensador o artista conmueve justamente al extenso mundo de la cultura. En estos días se han conmemorado los 10 años de la muerte del sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930 -2002). Periódicos, revistas, seminarios, libros, se han publicado tratando de explicar sus principales aportes al estudio no solo de la sociedad, como correspondería a un sociólogo, sino de la literatura, el arte y la ciencia.

Pierre Bourdieu hace parte de una fila de intelectuales franceses, entre ellos, Sartre, Foucault, Derrida, que han desarrollado el pensamiento europeo en la segunda mitad del siglo XX, con nuevas concepciones, inspirándose en Marx, Nietzsche, Freud, Heidegger. Sartre y Bourdieu las aplicaron a estudiar como un ejemplo, entre otros temas, la existencia y la obra de Flaubert, que les permitió, al primero, escribir una biografía descomunal en varios tomos y al segundo, una de sus obras fundamentales Las reglas del arte. (Anagrama. Barcelona. 1997).

"Para Pierre Bourdieu resulta necesaria y difícil la ruptura con el pensamiento de Estado, que está presente hasta lo más íntimo de nuestro pensamiento."

Como sociólogo, Bourdieu busca encontrar un fondo “científico” que regula el proceso creativo, separándose de la teoría en boga de las causas económicas, geográficas, históricas, etc. sin caer en la tesis hermeneútica de Gadamer de que “la obra de arte representa un desafío lanzado a nuestra comprensión porque escapa indefinidamente a cualquier explicación y que opone una resistencia siempre insuperable a quien trata de traducirla en la identidad del concepto”.

Bourdieu plantea una reflexión original que le permite encontrar la génesis y la estructura del campo literario, que se forma a sí mismo, resultado de las tomas de posición de los artistas sobre las corrientes, movimientos y escuelas de la época, creando así su propio valor, es decir, autoconstruyéndose como artista, en este caso, como escritor. Apartándose de la afirmación de que la obra de arte es producto de la inspiración, del genio e inclinándose por la hipótesis de que es posible cimentar una ciencia de las obras.

Se trata de un pensamiento complejo, difícil de captar en toda su amplitud y profundidad. Crea una nueva terminología para explicar fenómenos que percibe en la sociedad y por lo tanto en la cultura contemporáneas, como el de “campo”, que extiende al campo literario, científico, político, del poder, habla del “capital” humano (no el puramente económico), simbólico, de las relaciones de unos campos con los otros, de la economía de los bienes simbólicos, de la “revolución simbólica”, etc. Su componente teórico resulta muy rico e interesante, que han aprovechado sus discípulos para resolver problemas de la vida real.

Es un sociólogo muy cercano a la filosofía. Como sociólogo toma en cuenta los hechos, los acontecimientos, las particularidades. En su libro Razones prácticas (Anagrama. Barcelona. 2007 ) que lleva como subtítulo “Sobre la teoría de la acción”. Escribe : “Todo mi propósito científico parte en efecto de la convicción de que solo se puede captar la lógica más profunda del mundo social a condición de sumergirse en la particularidad de una realidad empírica, históricamente situada y fechada”. En algunos temas es radical, por ejemplo, en el del Estado : “Proponerse pensar el Estado significa exponerse a retomar por cuenta propia un pensamiento de Estado, aplicar al Estado unas categorías de pensamiento producidas y avaladas por el Estado, por lo tanto a no reconocer la verdad más fundamental de éste”. O sea que las ideas que tenemos del Estado han sido producidas e impuestas por el mismo Estado, principalmente a través de la escuela. Cita al novelista Thomas Bernhard que en su libro Maestros antiguos (que dicho sea de paso, hemos comentado en esta columna y que aparece en mi reciente libro Crónicas Literarias). “La escuela es la escuela del Estado, donde se convierten a los jóvenes en criaturas del Estado, es decir, única y exclusivamente en secuaces del Estado”. Aunque Bourdieu reconoce que se trata de un párrafo con exageraciones, lo aprueba en lo esencial. Afirma que resulta necesaria y difícil la ruptura con el pensamiento de Estado, que está presente hasta lo más íntimo de nuestro pensamiento.

miércoles, 18 de abril de 2012

Vieira y su época

El poeta José Luis Díaz-Granados ha publicado un reportaje sobre Gilberto Vieira White, editado por la Secretaría de Cultura de Caldas, con motivo del centenario de su nacimiento. No se trata de una biografía del dirigente comunista colombiano, sino de un retrato de su vida cultural y de sus relaciones con los más connotados intelectuales y políticos de su tiempo, tanto del país como del exterior.

Vieira nació el 5 de abril de 1912, en Medellín, Antioquia, pero creció en Manizales, donde hizo sus estudios secundarios hasta el día en que el rector del Instituto Universitario de la ciudad, lo expulsó por sus ideas tempranamente revolucionarias. Pronto ingresó al Partido Comunista recién fundado, es decir, en1930. Al cual perteneció hasta su muerte, el 25 de febrero de 2000. Fue el dirigente máximo del PCC desde 1947 hasta 1991.Uno de los dirigentes comunistas del mundo que durante más tiempo ejerció el cargo de Secretario General.

Gilberto Vieira era hijo de una distinguida familia de la burguesía media, descendiente del jefe liberal Rafael Uribe Uribe, de una madre de ascendencia inglesa, White, y contrajo matrimonio con Cecilia Quijano Caballero. Su padre, Joaquín Vieira, perteneció al partido conservador. Su hermana Maruja Vieira es una de las poetizas colombianas más destacadas.

Entre las personalidades de la izquierda colombiana que más impresionaron al joven Vieira, están María Cano, llamada por su belleza y valentía la flor del trabajo, Ignacio Torres Giraldo, Tomás Uribe Márquez, fundadores del Partido Socialista Revolucionario (PSR), en los años 20 del siglo pasado, que luego se transformó en el Partido Comunista de Colombia, siguiendo las orientaciones de la Internacional Comunista, con sede en Moscú.

En 1924, antes de la fundación del Partido, se creó la primera célula comunista encabezada por el cronista Luis Tejada y el poeta Luis Vidales. En los años 30 surgen nuevos líderes de izquierda, con mayores conocimientos académicos, como Gerardo Molina y Antonio García. Y numerosas personalidades democráticas , tales como Baldomero Sanín Cano, Gabriel Turbay, Felipe Lleras Camargo, Y, desde luego, Jorge Eliecer Gaitán, líder del liberalismo social.

En sus conversaciones con Díaz-Granados, Vieira no hace grandes revelaciones, con excepción de la siguiente: “Un mes antes de su muerte, Gaitán llama a Vieira y le dice : Yo estoy convencido de que la oligarquía de este país no me va a permitir llegar a la Presidencia de la República. En este caso, yo voy a proponer la candidatura presidencial de (Dario) Echandía”. Sobre el presidente López Pumarejo Vieira anota :  “La verdad es que López Pumarejo, en mi opinión, ha sido el mandatario más importante que ha tenido Colombia en el siglo XX”.

Son numerosas e interesantes las opiniones de Vieira sobre los dirigentes soviéticos que conoció en su larga vida de militante comunista. En la página 52 observa: “Me impresionó de manera negativa, muy mal, la mediocridad de los dirigentes comunistas soviéticos… Malenkov era un personaje muy extraño, sombrío…” De Gorbachov añade : “Demostró una absoluta incapacidad para dirigir la situación que se creo con la perestroika: el caos completo en la Unión Soviética, lo cual aprovecharon muy bien sus enemigos”. Sobre Mao con quien conversó varias veces dice que la última vez le escuchó cosas muy extrañas Y, con unos argumentos y divagaciones muy raras, con cosas así como que “si ya habrían llegado las sociedades en otros planetas, que si eran sociedades primitivas o capitalistas”. Y que él se apresuró a decirle que seguramente eran sociedades comunistas. Pero también elogia a Chou-En Lai , a Liu-Shao-Chi y desde luego, a Fidel Castro y al Che Guevara. Da testimonio sobre intelectuales y artistas como Picasso, Rivera, Neruda, García Márquez y otros.

En resumen, el escritor Díaz-Granados termina afirmando en las entrevistas, que “Vieira, sin duda alguna, es el más notable político comunista de Colombia y uno de los más importantes revolucionarios de nuestra América, a lo largo de siete décadas de una entrega incondicional a la causa de los pobres del mundo”.

lunes, 26 de marzo de 2012

El diablo hace de las suyas

Transcurrían los últimos años del Conde León Tolstoi. Ya había escrito las obras que le otorgaron la inmortalidad. Pero su espíritu no estaba en paz. Por el contrario nunca había sentido tantos tormentos en su corazón: confundido y apesadumbrado. Poco tiempo después escaparía de su casa, Yasnaia Poliana, en las afueras de Moscú, con destino desconocido, huyendo de su mujer y de su angustia. Todo terminaría en una anónima estación de tren en 1910. Quizá no era su propia incertidumbre sino, también, la premonición de que el siglo que comenzaba sería uno de los más terribles de la historia humana.

El l9 de noviembre de 1889, terminó de escribir una novela corta que tituló El diablo (Galaxia Gutemberg. Barcelona. 2006) en que une la pasión de la carne con el sentimiento religioso. La historia es sencilla y trágica. Yevgueni Irténev es un joven aristócrata ruso, elegante, inteligente, buen mozo, con brillantes estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Petersburgo. Poseía una gran fortuna; la vida le auguraba una espléndida carrera. Tenía entonces 26 años. No solo atraía su presencia sino sus cualidades morales. “Cuánto más se lo conocía más cariño se le tomaba”.

Las primeras páginas de la novela las dedica el autor a describir la hacienda, las labores del campo, la vida de los campesinos que viven en ella por la gracia del patrón. No son los miserables siervos de Dostoievski, sujetos a la dura voluntad del Señor, sino campesinos alegres. “El día siguiente era la Trinidad. Hacia un tiempo hermoso y las mujeres de la aldea que, según la costumbre, habían ido al bosque a trenzar coronas de flores, a la vuelta pasaron por la casa señorial y se pusieron a cantar y bailar”.

Con el correr de los días surge en el joven Yevgueni una inquietud que se va convirtiendo en problema: necesita el lecho de una mujer hermosa y sana, que él considera imprescindible para su salud y libertad intelectual. Desde luego que él no estaba virgen. En la universidad había tenido sus aventuras amorosas, una que otra costurera, pero nunca se había convertido en un libertino. Sabía que ahora tenía a su disposición numerosas robustas campesinas de su hacienda que estaban dispuestas a satisfacer las ansias y placeres del señor. Pero en su nueva condición prefería una relación estable y seria, propia de un noble y rico propietario de tierras, cultivos de remolacha, caballos y ganado . Y desde luego, de extensos y bellos bosques que alimentaban los arroyos y pozos del lugar.

Mas comprende que no debe ir a la ciudad en busca de algo que tiene suficientemente a su disposición. En los caminos del bosque encuentra una muchacha con la blusa blanca, bordada, una falda de color rojo, descalza, lozana, firme y hermosa que le sonreía tímidamente. Averigua que su marido vive en la ciudad, como un soldado y decide hablarle. Las citas no se hacen esperar. La joven no se siente obligada. Por el contrario, la alegra y entusiasma las caricias del patrón. En cuanto él, ha terminado su abstinencia y conquistado “la libertad de pensamiento, para dedicarse tranquilamente a sus asuntos”.

El joven aristócrata se casa con Liza Anneska, alta, fina y larga, con ojos muy atractivos. “Cuando pidió su mano y les dieron la bendición, cuando se besaron como novio y novia, ella quiso estar con él para amar y ser amada”. Pero la desgracia comenzó a llegar al nuevo hogar, como un aliento del infierno. Perdieron el primer niño, la rutina se fue apoderando de ese matrimonio tranquilo, sin sorpresas. Le fue imposible a Yevguenni romper con Stepanida, quien terminó apoderándose de todos sus deseos. Fue eloqueciendo de placer, como si el demonio dirigiera su vida, lo que condujo a una tremenda desgracia.

En esta corta novela de Tolstoi, escrita al final de su vida, resucitan todos sus ideales cristianos, se entrelazan el amor más profundo, con la pasión sexual más intensa. Su respeto a Dios con la sumisión al demonio. El gran novelista ruso ocultó su obra que fue publicada póstumamente. Incluso elaboró dos versiones diferentes, en una de ellas mitiga el dolor y la intensidad de sus pasiones.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Ceremonias de la muerte propia

Algunos grandes escritores japoneses han sentido la tentación de la muerte y  caído en la tentación. Ese sentimiento viene desde muy lejos, de una sociedad férreamente feudal, llena de escaseces, limitaciones sin cuento y de dolor, de un  dolor profundo e hiriente, como el que dejan las espinas en los músculos duros y fuertes de los legionarios o de los samuráis – en éste caso. Mas este dolor está acompañado de una delicada sensibilidad, tan tenue, tan pura, tan simple, como las bellas flores de esa tierra, cerezos, camelias, crisantemos, rodeada de mares y cubierta de montañas de nieve que a veces estallan como si fueran volcanes enfurecidos, que hacen temblar miles de veces el suelo , que apenas sobrevive sobre el océano.

Extraña combinación que les permite crear letras y líneas de oro y aceptar la desesperación que produce la belleza y el sueño trágico;  impávidos ante el abismo que también los atrae irresistiblemente, permitiéndoles morir en el momento más deseable.

“Para morir, el novelista Yukio Mishima eligió una muerte de fanático y la muerte más japonesa que pueda imaginarse”. John Nathan 


Pocas veces recurren al veneno, porque ya está dentro de ellos, acumulado lentamente por los sinsabores de la existencia. Los combatientes utilizan  la herida y la sangre que brota de sus vientres, atenazados por la angustia o la deshonra, por la pasión intensa o el fracaso. El kimono se teñirá de sangre, producto del puñal o de la espada. La ceremonia del suicidio se asemeja a la ceremonia del té, que recorre un largo camino de la historia del sol naciente. Luego vendrá el solemne funeral y todo terminará, salvo el recuerdo de los seres amados, reflejado en la tristeza de sus ojos, especialmente de las mujeres hermosas.

La inspiración de este rito es, desde luego, religiosa. Hay unidad entre la religión y la sangre. Los dioses oscuros y lejanos han tejido sensaciones y poderes, de los cuales como un hontanar fluye la sangre. En uno y otro momento el Dios sufre, se entrega, se sacrifica. Padece por los dioses menores y por sus demás criaturas. El solo soporta con su dolor el bienestar futuro y la salvación de todos y les dispensa algo de bálsamo que alivian las penas, las pérdidas y el silencio inmortal de los suyos. El Dios muere por nosotros y con nosotros. Condona nuestras deudas a cambio de la felicidad o el sufrimiento eterno. Al fin, la sangre, que es lo más puro y creador que poseemos, se convierte en el don divino de la paz Por ese poder el nuevo Dios, en el caso del cristianismo,  ha recibido el látigo, el calvario, la lanza en el costado, la corona de espinas y la crucifixión.

“Para morir, el novelista Yukio Mishima eligió una muerte de fanático y la muerte más japonesa que pueda imaginarse”. Escribe el profesor de la universidad de Princeton, John Nathan. El 27 de noviembre de 1970 Mishima visita al Jefe de la fuerza de Defensa del Japón. Pocos minutos después salió al balcón y pidió a los cadetes que se levantaran  contra la democracia que después de la guerra había privado al Japón “de su ejército y de su alma”. Los soldados no lo escuchaban o se burlaban de él. Entra de nuevo al despacho del Jefe y se hace el seppuku, (el hara-kiri). Introdujo la hoja en el costado izquierdo y la bajó por el abdomen. Hizo la señal y el cadete que está detrás, con la espada le cortó la cabeza. Así murió uno de los mejores escritores japoneses del siglo. Un patriota cumplía con un rito sagrado de honor y sacrificio. El ensangrentado filo de la espada lanzó su último resplandor.

lunes, 27 de febrero de 2012

La nueva filosofía alemana (XXIII)

Como lo hemos anotado anteriormente, la filosofía francesa abre un nuevo capítulo en el pensamiento europeo; el movimiento de la Ilustración se extenderá por todo el continente con un impulso arrollador, al igual que los ejércitos napoleónicos, de España a Rusia, del Mediterráneo a los Mares del Norte. Mientras tanto Alemania comienza a elaborar una nueva tendencia filosófica, el Idealismo Alemán, sustentada en el romanticismo, el río secreto que corre debajo del firme territorio de la razón.

Esa nueva tendencia filosófica se inspira en el  empirismo inglés que ve la utilidad “como la esencia de las cosas”, influencia de Hume y luego de Rousseau. Descartes ya había hecho un corte profundo entre la extensión y el pensamiento, mostrando la profundidad de lo existente, la distinción entre lo infinito y lo finito, entre lo concreto y lo especulativo, entre lo material y lo espiritual. Lo infinito se desplaza al campo de la abstracción y de lo incomprensible.


"Esa nueva tendencia filosófica se inspira en el  empirismo inglés que ve la utilidad 'como la esencia de las cosas', influencia de Hume y luego de Rousseau"


Los alemanes comienzan a apartarse de su filosofía insustancial, de bajo vuelo. De temas derivados de la religión como “la eternidad de las penas del infierno, la bienaventuranza de los paganos y la contradicción entre la rectitud de la conciencia y la propiedad”, dice Hegel. Mientras que los franceses hacían valer las determinaciones finitas frente a lo infinito, el sano sentido común, la experiencia, los hechos de la conciencia, apartándose de la metafísica, “del entendimiento seco y muerto”  de los filósofos alemanes de entonces. 

Hasta que Kant le da un vuelco vital a la filosofía en Alemania, que ya estaba en marcha en el resto de Europa. En otras palabras, el impulso de la razón se fortalece y viene acompañado de la subjetividad, de la libertad del espíritu: “Cuanto más se encierra dentro de sí la razón humana más de aparta de Dios, más se amplía el campo de lo finito. La razón es el uno y el todo y es, a la par, la totalidad de lo finito” (Hegel, Las lecciones de la historia de la filosofía ya citadas, t. III, p.405 ).

Sin embargo, Dios continúa presente como representación de la unidad, la unidad del pensar y del ser. Pero esta unidad  carece de pensamiento porque Dios no es el pensamiento mismo. De allí que ahora se afirme que la unidad resida dentro del pensamiento, pertenece a la conciencia. Quiere recobrarse a Dios que había sido apartado por la Ilustración, lo que harán Kant (hasta cierto punto), Fichte, Schelling y el propio Hegel. Dando origen  a uno de los segmentos más brillantes y profundos del Idealismo, a la filosofía Clásica Alemana.

En el siglo XVIII se inicia un importante desarrollo económico en Alemania, que le permite acortar la distancia que la separa de Inglaterra y Francia y una mejor comprensión de la Ilustración francesa, acoplando ésta a las condiciones propias,  sin que la Ilustración alemana alcance el coraje y la intensidad de la francesa, lo que se percibe en su búsqueda de la convivencia del saber y la fe, de la ciencia y de la religión.

El capitalismo se extiende por toda la Europa Occidental, sustituyendo al régimen feudal; proceso fuertemente impulsado por la revolución francesa de 1789 -1794. Estos dos acontecimientos: el avance del capitalismo y el estallido de la revolución, entre otros, permite la elaboración de un nuevo pensamiento político y filosófico creado en gran medida por la burguesía. Ideas que generan  un gran entusiasmo en la nueva clase dirigente para impulsar el desarrollo de la economía y, al mismo tiempo, las luchas de las clases trabajadoras por sus reivindicaciones económicas, sindicales y políticas.

El gran desarrollo de la filosofía alemana va acompañado de un auge cultural extraordinario, como lo demuestran las obras  literarias,  entre otras, de Schiller y Goethe, de gran belleza y profundidad humana, verdaderos cantos a la libertad.

lunes, 13 de febrero de 2012

La elegancia del erizo

Tan extraña como su título es esta novela de Muriell Barbery. La leo en su sexta edición castellana (Seix Barral, Editorial Planeta colombiana. 2011). En Francia se han vendido más de 600.000 ejemplares. La autora es profesora de filosofía, pero el personaje central del libro es una portera de un edificio burgués de la calle Grenelle No. 7. Una de sus escasas contertulias es Paloma, una niña de 12 años, esquiva y talentosa. Las une la soledad y el amor al arte, cualidades que descubren a través de un tercer personaje, un hombre venido del Oriente, fino y cordial, director de cine, de rica sensibilidad.  Le Figaró  habló de este cuento largo como “moderno y refrescante”; Le Express, “divertido e inteligente”; Le Nouvel Observateur, de “humor devastador”.

“A pesar de que los temas del libro son aparentemente intrascendentes están salpicados de filosofía. Se citan autores famosos y pensamientos de innegable hondura


Tangencialmente se relacionan los vecinos del elegante edificio. Percibimos sus modales burgueses, sus rivalidades y egoísmos, vistas  por la mirada intensa y certera de Renée, una mujer de 54 años, la mayor parte de ellos vividos en el fondo de un cuarto oscuro, sin más compañía que sus gatos amados.

El preámbulo del texto comienza con una breve mención a Carlos Marx, pronunciado por uno de los jóvenes del apartamento de los Palliéres y que escucha la portera: “Marx cambia por completo mi visión del mundo”. Este joven parisino nos recuerda a los rebeldes que participaron en los “acontecimientos” de mayo del 68. Él es heredero de una antigua familia industrial, “último bufido de la gran burguesía de negocios”. El joven lo dijo lleno de felicidad, sin prever que la modesta mujer que lo escuchaba podría entender. “¿Qué pueden comprender las masas trabajadoras de la obra de Marx? Su lectura es ardua; su lenguaje, culto; su prosa sutil; y su tesis compleja. Y entonces por poco me delato como una tonta – Deberías leer La ideología alemana.- le digo a ese papanatas. Con esa lectura podemos comprender por qué está Marx equivocado. Una portera no lee La ideología alemana […] Que pueda leer a Marx para elevar su espíritu es una incongruencia que ningún burgués llega a concebir siquiera. Para éste quien lea a Marx es porque le interesa la subversión y le vende el alma al diablo llamado CGT”, (la principal central obrera de Francia).

Renée, la portera, es una vieja pequeña y fea, viuda, rechoncha con callos en los pies, aunque ha caminado poco en los últimos 27 años por culpa de su oficio. Su gran amiga y colega es Manuela que la visita dos veces a la semana para tomar  te, fino, oloroso y muy placentero. A veces dedica algo de su tiempo para ver “la caja tonta” (el televisor), cuando no escucha el paso de los habitantes de las escaleras o de los pisos.
Como los lectores habrán adivinado esta pobre mujer no tiene amores, apenas el recuerdo de su esposo. Su existencia  transcurre con las reglas de la rutina, la soledad y la ausencia de sucesos, salvo el que tendría al final, que no describiré para que el lector no descubra el secreto de su vida y de su muerte.

A pesar de que los temas del libro son aparentemente intrascendentes están salpicados de filosofía. Se citan autores famosos y pensamientos de innegable hondura.  Renée es, pues, un personaje doble, la portera ignorante y al reverso de  de ella, la profesora conocedora del saber contemporáneo, incluyendo la política y el arte.  

Sin embargo algo le ocurre a Renée, con la Llegada al edificio el señor Kalkuro Orzu. Su apartamento es grande y bonito, arreglado con su gusto japonés, puertas correderas, bonsáis, una gran alfombra negra, biombos de bambú, “que le dan a la habitación una atmósfera de país del sol naciente”. Es, además, un varón extraordinario, tan delicado y bello interiormente como el lugar donde reside. Orzu se fija en la portera y la convierte en su amiga. Por primera vez se siente tratada como un ser humano que merece consideración y respeto, incluso amor. Su espíritu y su cuerpo de alguna manera han renacido: “Una  deliciosa ducha de silencio inunda su cuerpo agradecido”. Los burgueses franceses la han menospreciado, solo ven su banalidad de portera. Una nueva civilización ha descubierto en ella su humanidad.

miércoles, 1 de febrero de 2012

“Crónicas literarias”

El final del año, no es el final del mundo. El año pasa  velozmente, con más ruido, que silencio. Esperamos con ansiedad o temor el final de ese almanaque de números que se repiten. Otros creen que la esperanza existe y que el próximo año puede traer la solución o la exaltación  final. Nuestra gente proclive a la superstición cree que el pronóstico de los mayas se podrá cumplir y que el tiempo se hundirá en la nada. O algo extraño, inesperado, surgirá del mar, envolverá la tierra y cubrirá los cielos. Que los dioses antiguos volverán y todo renacerá.

Quise ver el final del mundo a la orilla del mar. El avión me dejó en Cartagena. La ciudad donde la historia vive en medio de un color y paisaje espléndido. Todavía vimos las murallas de un tono gris reluciente. Sobre una de ellas han montado un café cercano a la orilla del océano. Desde allí ya no se ven los bucaneros, los viejos piratas o los marineros de sus majestades europeas, con sus negros cañones de fuego. Tan solo las canoas y las lanchas fuera de borda y los veleros de los clubes náuticos. Los edificios de Bocagrande ya no nos atraen. Ahora es el centro histórico el que vibra, el que está de moda, el que siempre está de moda, porque expresa la esencia de la ciudad heroica.

“Nuestra gente proclive a la superstición cree que el pronóstico de los mayas se podrá cumplir y que el tiempo se hundirá en la nada”

Barranquilla y Santa Marta pronto quedaron atrás. Anclamos en Taganga, la más pequeña y bella bahía de la costa norte colombiana, desde luego, no hablamos de La Guajira, donde la playa, el cielo y el mar se unen al desierto para lograr un pedacito de paraíso colombiano. Una amiga francesa que contemplaba con nosotros la bahía iluminada, nos aseguró que la imagen era más bella que buena parte de la Costa Azul.

No escribo esta  nota para relatarles a los lectores unos días de vacaciones, si no para contarles que he publicado un nuevo libro: “Crónicas literarias” de Ediciones Aurora . Su tema es la literatura más actual, las obras y los autores más destacados de nuestros días, los últimos premios Nobel, se incluye también a  algunos de los mejores escritores (as) colombianos. Se discuten conceptos como el de intelectual, ¿Quién es, cuándo surgió, cuál  es su papel en la sociedad, en el desarrollo de la cultura? La autobiografía de Sándor Márai, una serie de artículos sobre el gran escritor turco Orhan Pamuk, Mario Vargas Llosa, los novelistas rusos del siglo XIX, Saramago, Doris Lessing, comentarios sobre algunos filósofos, como san Agustín, Sartre, Marx y sobre todo Hegel, el inspirador del pensamiento del siglo XX.

Resultan muy interesantes las novelas del escritor estadounidense Cormac MacCarthy, que describe una sociedad en crisis, enajenada y propicia a sufrir grandes desastres, el delirio del escritor albanés  Ismaíl Kadaré, en su Palacio de los sueños, los escritores críticos del “socialismo real”, como Solzhenitsyn , Herta Müller, estilistas como Nabokov, Proust, Malraux, Pasternak, Pessoa, Marguerite Yourcenar, excelentes escritores para nosotros prácticamente desconocidos como Sebald  o Gaarder o el japonés Ishiguro Kazuo. García Márquez aparece al lado del gran escritor Yasunari Kawabata, por su cercanía en el tema de las bellas jóvenes durmientes.

A propósito del desastre nuclear de Fukushima, se recuerda un libro del escritor argentino Tomás Eloy Martínez, Lugar común la muerte, que uniendo periodismo y literatura describe los horrores del ataque atómico a Hiroshima y Nagasaki durante la II guerra mundial  que  inicia con una tristemente bella frase de Tolstoi en su relato sobre La muerte de Iván IIlich: Buscó su acostumbrado miedo a la muerte y no lo encontró “¿Dónde está ella? ¿Qué muerte?” No había miedo porque tampoco había muerte había solamente luz.

Algunos de estos textos  fueron publicados en páginas de Ambito Jurídico, otros son inéditos.

lunes, 9 de enero de 2012

Sorpresa en el liberalismo

La elección del joven de 31 años, Simón Gaviria, actual presidente de la Cámara de Representantes y heredero del prestigio de su padre, Cesar Gaviria, ex presidente de la Republica de Colombia, ha sorprendido a todos. Ha sido una jugada política inesperada. Muchos se preguntan ¿qué hay  detrás de ella, quién la diseñó y con qué objetivos? Aparentemente se trata de un medio para renovar al viejo partido. Un partido más que centenario que ha ocupado la mitad de la historia de Colombia. Que ha gobernado el país durante decenios, intercambiando la civilidad con sangrientas guerras, periodos de incapacidad con breves  momentos de lucidez y de cambio.

¿La elección en la Constituyente Liberal del 10 de diciembre de 20ll a que nos referimos, será suficiente para vigorizar el partido, para imprimirle nuevos rumbos, para convertirlo en un ariete contra la corrupción, suministrarle un nuevo decálogo moral, una ideología moderna y combativa capaz de realizar algunas de la transformaciones necesaria para mejorar las condiciones de vida de  millones de sus electores y compatriotas? Desde luego que no es suficiente, aunque podemos pensar que en algo puede ayudar para lograr esos fines. Las nuevas generaciones siempre traen  nuevos vientos, algunas ideas  y propósitos de enmienda.

Según la prensa a quien se le ocurrió la elección de un jefe único fue al expresidente Ernesto Samper, con la ayuda de su ala “socialdemócrata”. ¿Qué será esto? Desde  los días de López Michelsen estamos oyendo hablar de una corriente liberal que imita en el lenguaje  a los partidos de izquierda del viejo continente, pero la verdad es que hasta hoy no ha cuajado en el liberalismo colombiano. Solo podemos decir que está provista de buenas intenciones, pero que carece de instrumentos y de voluntad política capaz de realizarlas. El espíritu que reina en él es el mismo que ha predominado  hasta ahora: liberal en la doctrina, conservador en los hechos.

Samper quería cerrarle el paso a la corriente gavirista que se proponía manejar el partido a través de los parlamentarios, muchos de los cuales ya habían elegido presidente de la Cámara al hijo de éste.  Pero las cosas le resultaron a Samper al revés. Lo que muestra una vez más que sigue en minoría. La división liberal oficialista se acentuará con la nueva jefatura única de Gaviria.

Algo que puede contribuir a fortalecer a los liberales sería la unidad de Cambio Radical  (¿) con el oficialismo y el regreso a sus filas de algunos parlamentarios del partido de la U, que es cada vez es más santista que uribista, pues, como “buenos políticos”, saben que los votos están cerca del poder, del presupuesto, es decir, del que dispensa los puestos burocráticos.

El partido dela U también pasa por una crisis profunda: carece de una ideología que lo cohesione; por el contrario, se trata de una colcha de retazos de diversas procedencias, principalmente de derecha, incluso semifeudales que todavía consideran a la tierra como el mayor de los tesoros y por cuya propiedad y posesión están dispuestos a peliar a cualquier costo. El Partido Verde sigue siendo un remedo de Partido. Una simple alianza de cuatro personalidades y nada más.

La Izquierda tampoco ha sido capaz de crear y sostener un partido de masas, aunque en los años iniciales del siglo XXI ha alcanzado cifras importantes. En estos días la votación por la candidatura de Petro pasó de los 700.000 votos en Bogotá y muestra una dinámica que puede contagiar otras ciudades del país. La importancia de esta victoria por la alcaldía lo prueba la agresividad con que ha sido combatida, incluso antes de que el nuevo alcalde se posesione. A la oligarquía, que posee un apetito voraz, la magnitud del  presupuesto bogotano la atrae de manera irresistible. Desde luego que la crisis de los partidos políticos no es un fenómeno exclusivamente colombiano, sino que está  hace parte a la crisis general que azota al capitalismo tardío.